Nicudy: Contra Toda Prueba [En Proceso] [18+]

Ch. 8: El Momento Perfecto

Advertencia: Lemon 🍋

POV. Nick Wilde

Y esa fue la última gota que colmó el vaso. Esa mirada de conejita pervertida y curiosa.

Sin más rodeos, metí my dedo índice dentro de su sexo y me permití saborear ese gemido gutural y adolorido que salió de su garganta.

Su espalda se arqueó y sus garras se enterraron en mis omóplatos a la vez que gemía una vez.

Wow. Ni siquiera he movido mi dedo. Pero... esa sensación de sus paredes internas... contrayéndose y expandiéndose. Se siente como si mi dedo estuviera dentro de su corazón. Se siente húmedo y delicioso.

"¿Nick?" Me dice una Judy muy agitada. "¿Por qué no lo mueves?" Dice con voz entrecortada.

"Hmmm... Estoy disfrutando cada segundo. Además," encajo otro dedo dentro de su muy mojada vagina. "Quiero que te retuerzas y te vuelvas loca de placer... quiero que me lo pidas gimiendo, al borde de las lágrimas."

En ese momento hago que mis dedos entren hasta donde mi mano me permite y con mi pulgar presiono su clítoris de lado a lado.

"Ahhh... ahhh.... ahhh..." Los gemidos de mi dulce lagomorfa hacen que mi pene palpite con orgullo y loco por atención.

Su vagina se contrae en mis dedos manteniéndolos quietos por medio segundo.

"No sabes cuánto quiero verte gritar mi nombre. Estás tan caliente y mojada aquí abajo." Le susurro en el oído mientras mordisqueo su oreja.

Después de varios minutos tentando su vagina y escuchándola gemir a la vez que rasgaba mi espalda, decidí que era hora de hacerla venir.

Beso su boca con fuerza y enfatizó quien es el alfa en esta situación. Su cuerpo se volvió mi néctar de los dioses. La necesito con demasía.

"Nick, ya... ya no puedo esperar..." Me dice Zanahorias para luego besarme y jugar con mi lengua. "Te quiero adentro..." Suspira besando la línea de mi mandíbula.

"Ah... todavía, mi conejita... todavía quiero jugar." Le digo mirándola directamente a los ojos para acto seguido empezar a trazar una línea de besos desde su mandíbula hasta sus senos. Con ambas patas rompo el sujetador con poca dificultad.

Cada uno de sus pechos eran perfectamente redondos y adornados por un pezon rosado... me tientan adrede.

Meto con delicadeza uno en mi boca y empiezo a succionar sin piedad su pecho entero a la vez que con una pata la tomo del cuello y con la otra le masajeo por encima de la ropa interior su entrada.

Los jadeos de placer asustado de Judy resuenan por la habitación y un pensamiento poco ortodoxo cruza mi mente.

Y si... ¿despertamos a todos los vecinos de la cuadra? 😏

(Este zorro quiere que los demás se avergüenzen... 😏)

Después de chupar ese hermoso pecho y dejarlo completamente rojizo y el pelaje todo mojado, me deslizo más al sur donde su diminuta y esbelta cintura me espera.

Pasó mi lengua por su ombligo y no paro de masajear su entrepierna. Veo a Judy estirar la mano y alcanzar una almohada para acto seguido morderla mientras cierra fuertemente sus ojos.

"Zanahorias..." Le llamó, pero no me mira. "Judy, quiero que me mires... mírame." Le digo, y aunque suena como una orden, quiero que su deseo explote en mil pedazos por mi como yo lo estoy.

Por nuestra conversación anterior, me di cuenta de dos cosas. La primera, que mi dulce amante de pelaje gris es virgen; la segunda, que quiere explorar.