Arruinando todo

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Era obvio que las actividades pautadas para el miércoles no podría hacerlas por mi pequeño problema, aunque no eran nada mas que ir al medico (cosa que ya había hecho salteándome el día) y estudiar pero no tendría caso porque gracias a Dios el director había arreglado con los profesores para que me tomaran otro día así podría descansar de todo lo que estaba pasando. Nicanor estaba tan relajado dormido a mi lado que vi la necesidad de imitarlo pero con tantos pensamientos en mi cabeza no podía y caía en el insomnio de nuevo en donde era torturada por preguntas que no tenían respuesta aun. Esa tarde mi madre volvió de trabajar demasiado temprano por lo que me sorprendió de ella, sin despertar a mi novio que seguía plácidamente dormido fui a ver lo que le sucedía entrando en su habitación en donde se encontraba

-Paso algo?-le pregunte sin saludarla por lo que se sobresalto con mi voz

-Pensé que no estabas Bella-me dijo sonriente y se dispuso a cambiarse de ropa

-No me respondiste-continúe con un tono frio y mirándola fijo como si sintiera desprecio por ella

-Que me puede pasar, eh?-soltó una pequeña risa y siguió-me dolía el pecho y me volví antes-acaricio mi mejilla durante un segundo y se fue a la cocina, la seguí y me pare en el lumbral de la misma

-Parece que tanto trabajar te hace mal-ella se volteo y me miro por largos minutos-Dije algo malo?

-Algún día me trataras bien Isabella?-la mire con indiferencia y me senté en una de las sillas que se encontraban en el desayunador

-No podes quejarte, siempre te trato bien-ella se hecho a reír y antes de que pudiera hablar de nuevo el teléfono sonó. Nos miramos y resignada fui a atender suspirando en cada paso hasta el dispositivo

-Quien habla?-una voz llorosa se escuchaba del otro lado, parecía no tener consuelo de nada-Quien eres? Que sucede?-después de la ultima pregunta mi madre apareció mirándome preocupada y preguntando quien hablaba

-Isabella, eres tu?-la voz hablo y era una mujer que al finalizar quebró en llanto nuevamente, note automáticamente de quien se trataba pero no quería sacar mis conclusiones

-Tía Marisa?-pregunte y sentí como si la otra persona asintiera lentamente entre lagrimas-Que paso? Porque lloras?-para esta instancia mi madre estaba mas desesperada e intentaba sacarme el teléfono lo cual logre evitar 3 veces

-Tu prima Alejandra hija-dijo entre sollozos y me vi venir la peor parte de la historia-ella esta... esta muerta-siguió llorando y ahí fue cuando la voz de mi tío se hizo aparecer y saco el teléfono de su deprimida mujer

-Tío Beto?-el tosió como símbolo de que era el-por dios, que paso? La tía me estaba contando que Alejandra...-mi voz desapareció por unos largos minutos y no logre articular nada hasta que me contesto

-Así es hija..Fue un accidente muy doloroso-su voz estaba igual de ronca que la de su esposa por lo que demostraba que había llorado-Nos enteramos esta mañana y estamos desbastados realmente-tenia que pensar algo para no seguir preguntando y destrozarlos mas

-Tío, como sucedió? esto debe ser una pesadilla-susurre pero el pudo oírme

-Ojala así fuera hija, ojala así fuera-suspiro lentamente y tomo aire-puedes pasarme con tu madre?-lo único que hice fue mirar al suelo y darle el teléfono a mi madre que me seguía mirando preocupada, subí a mi habitación y mire a Nicanor con cuidado. Es imposible que con solo una mirada que le daba ya me olvidaba de todo y me relajaba pero esa noticia daba tantas vueltas en mi cabeza que no podía asumirla

La verdad es que nunca fui demasiado allegada a mi prima, era de otra edad y nunca se había importado por mi así como yo por ella, era parte de familia que nunca me saludo ni nada pero aunque no la hubiera visto lo suficiente la muerte de cualquier familiar afecta a todos. Sentí como mi madre se enteraba de la noticia y se derrumbaba poco a poco entre preguntas y sollozos pero me quede en mi habitación hasta que Nica se despertó y me miro con determinación sin entender nada de lo que pasaba. Para esta instancia estaba tirada en el suelo hecha una bolita pensando en como todo había pasado, pero no lloraba porque nunca fui tan sensible o por lo menos tan demostrativa con lo que sentía por dentro

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