Just Married ||Cherik

El amor no es suficiente

-Quizá tenían razón...- la voz de Erik se escucha apagada. Quebrada. - Somos muy jóvenes... y quizá...-
-El amor no es suficiente...- termina Charles mirando a Erik.
Ambos sentados en las desgastadas tablas de madera que cuelgan de las cadenas de metal. El lugar es oscuro y frío, ¿qué más podían esperar de una celda?
- Il signor Stryker ha pagato il deposito- anuncia el guardia abriendo la celda.
-¿Qué dijo?- pregunta Erik.
- William pagó la fianza.-
-Por supuesto.- responde Erik, molesto y nada sorprendido.
- Me voy a casa.- Charles se levanta de inmediato con el ceño fruncido.
-Yo también.-

-.-

-¿Algún alimento que esté transportando?- pregunta el guardia de la aerolínea sin apartar la mirada de los documentos de la pareja de recién casados.
-Ninguno, pero mi esposo lleva un kilo de hachis escondido en el recto.-
Sonríe Charles al guardia mientras Erik atónito empieza a negar con la cabeza.

-.-

Charles ríe cuando mira a Erik, que apenas puede caminar, avanzar hacía él. Por supuesto sus asientos estaban juntos para mala suerte de ambos.
-El único sexo que tuve en mi luna de miel fue con un hombre llamado Alejandrino.-
Charles ríe nuevamente.
-Y tú te ríes.- dice molesto Erik sentándose como puede en su lugar. - Siento como si tuviéramos cincuenta años de casados.-
- Como si tuvieras tanta suerte.- Responde el castaño.
-¿Quieres decirme que estabas haciendo con Stryker?-
-¿Quieres decirme que pasó con el sostén rojo?- Charles luce de verdad molesto.- Espero te hayas protegido.-
-No pasó nada... Espero que Stryker si haya usado.-
-Lo siento, no venden condones tan grandes.- Le sonríe Charles mientras empieza a ojear una revista.
-Que gracioso.- Dice Erik sarcástico fingiendo reír.
-¿Sabes que más es gracioso? Lo primero que haré al llegar será mudarme.-
-Oh, genial. Excelente... Haz lo que quieras, dejaré de hablar contigo.-
- Yo también.- responde Charles volviendo por completo su atención a las revistas sorprendiéndose al escuchar los aplausos de todos los pasajeros. Todos los han escuchado.
Ahí estaba, el fin de la luna de miel y probablemente, de su matrimonio.