2. Tinta y Papel

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"Te extraño,

como pero no saboreo,

respiro pero no vivo,

tomo la tinta y el papel mas no escribo,

miro, pero no distingo

sin ti, mi vida es un desperdicio,

te extraño"

Película "Pabellón de mujeres"

SEGUNDO CAPÍTULO

Londres era una ciudad bulliciosa, llena de sorpresas y adelantos, sus calles inundadas de niebla, sus jardines y plazuelas llenas de árboles milenarios, la gran Torre del Big Ben resonando por los puentes donde cruzaban los barcos de carga.

La casa era pequeña, pero hermosa, sus portones blancos y azules, su jardín lleno de flores y mariposas, la fuente.

- Eh, tú! pequeña cara dura!... baja de ahí que te vas a romper algo!

Una carcajada resonó sobre su cabeza, acto seguido una chiquilla de siete años se descolgó por las ramas, como no pudo medir correctamente la distancia cayó justo sobre del hombre que la miraba con temor desde abajo.

- Uh!... Ay!... auch!

- Ailian, pequeña monita pecosa!... cuántas veces tengo que decirte que no te trepes en camisón a los árboles?

- Jajajaja!!!.. pero qué cara tan graciosa que pones papá! - dijo rodeándolo con sus brazos - no me pasó nada!

- Pequeña bribona!... no te reto sólo porque sé que lo llevas en la sangre... anda, ve con Dorothy a que te cambie, hoy viene el Abuelo a verte.

- Uh!... esos vestidos que me haces usar no me gustan! no puedo correr ni saltar, ni mucho menos brincotear en la orilla del río!

- Eres tan rebelde como tu madre! - musitó con nostalgia Terry.

La pequeña notó que los ojos de su padre se llenaban de una tristeza infinita, tomó su cara entre sus manos y le dió un dulce beso en la mejilla.

- Este es mío... - acto seguido lo besó en la frente - y este es de mamá.

Terry no pudo contener las lágrimas y abrazó con dulzura a su hija, quien cada día que pasaba le recordaba al gran amor de su vida. De esa manera sentía que ella no se había ido, que todos y cada uno de los días de su vida se encontraba ahí, a su lado.

- Tu madre se sentiría orgullosa de verte crecer como una dama.

- pero si tú me has contado que eso es lo que ella no quería ser!! - replicó con un mohín que acentuaba sus pecas.

- Bueno, sí... ella solía hacer cosas que ninguna otra chica haría... exceptuándote a tí, claro... pero le hubiera gustado saber que no solo tienes tu propia personalidad, sino que puedes ser una mujer tan hermosa como ella...

La niña sonrió sacando un poco su pequeña lengua y guiñando el ojo, cosa que Terry disfrutaba al ver a su Candy retratada en ella. Muchas veces se había preguntado cómo sería ella de niña, en sus conversaciones con la Srita. Pony y la Hermana María había podido conformar una idea, pero ahora, sentía que esa idea tenía forma y color.

- Ailian...

- Dime padre....

- Te amo más que a mi vida!

- Lo sé.

Ailian abrazó a su padre con fuerza, sus rizos inundaron el rostro de Terry y el aroma de rosas que la pequeña despedía le dió fuerzas para seguir adelante.

** *** ** *** ** ***

El Duque llegó cerca de mediodía, en la mano llevaba alrededor de cinco paquetes y en su rostro la mejor de sus sonrisas. Cuando vió bajar a su nieta por la escalinata no pudo menos que preguntarse cómo haría Terry para no volverse loco, al notar el gran parecido físico de la niña con Candy.

El vestido blanco de vuelo, el sombrero, las botas, todo era como años atrás... esa misma impertinencia sin malicia, la sonrisa.

- ¿Qué me trajiste? - gritó la niña abalanzándose sobre de él.

- !señorita!... !no haga eso que va a arruinarse el traje!

- Déjela Dorothy!... esta pequeña malcriada puede hacer de mí lo que quiera!

- Qué es? - dijo la pequeña al tiempo que sus ojos verdes brillaban con curiosidad.

- Después lo verás... anda, tu abuela nos espera.

- La abuela Eleanor vino aquí?

- Sí, nos espera en el teatro...

- papá estará con ella?

- Sí, anda... no los hagamos esperar.

** *** ** *** ** ***

La compañía "The Rose" no tenía el mismo reconocimiento que la "Strattford", su equivalente americana, pues con sus pocos años sobre los escenarios, costaba trabajo y esfuerzo llenar cada noche y lograr la representación de obras con gran calidad y poco presupuesto.

Terry había echado mano de sus ahorros y con la ayuda de Albert y Archie como inversionistas, con el tiempo había logrado levantar dignamente la compañía, en sociedad con su madre y el hijo menor del Sr. Hattaway, Emile.

El grupo actoral tenía como debutante a la primera actriz Sarah Gugenhaim, quien poseía una belleza inusual. De ojos oscuros y grandes, tez apiñonada, largos rizos negros, facciones finas y cuerpo esbelto, descendiente de árabes e ingleses, era una rara pero efectiva combinación para su época... llevaba más de cuatro años tratando de captar la atención de Terry, siempre con infructuosos resultados

Sarah! querida, no te oímos entrar - dijo Eleanor.

- Qué haces aquí? hoy no tienes llamado - replicó extrañado Terry

- Lo sé, pero supe que tu madre estaría aquí... no creerás que dejaría pasar la oportunidad de conocer a la gran estrella de Broadway, Eleanor Baker ¿o sí?

- papá!... mira lo que el abuelo me regaló! - interrumpió Ailian

- Epa! cuántas veces te he dicho que no corras sin zapatos!... ven acá pecosa malcriada! - dijo entre risas el jóven.

Ailian miró de reojo a Sarah, quien la observaba con un halo casi imperceptible de coraje y odio, la niña se abrazó al cuello de su padre y clavó con desafío en ella sus verdes ojos... solo Eleanor notó el tenso enfrentamiento, y supo que de eso nada bueno podía resultar, pero ella estaría ahí, para proteger a su nieta.


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