1. Tinta y Papel

3.4K 147 37
                                    


Non é possibile dividere

la vita di noi due

ti prego aspettami amore mio

ma illuderti non so.

La solitudine fra noi

questo silenzio dentro me

E l'inquietudine di vivere

la vita senza te

Ti prego aspettami perché

non posso stare senza te

non é possibile dividere

la storia di noi due,

la solitudine.

LA SOLITUDINE (LA SOLEDAD)

LAURA PAUSINI


El viento soplaba fuertemente y traía consigo la brisa del mar, la oscura noche sólo se veía interrumpida por el rumor de las olas, la luna iluminaba por momentos y el silbido de la ronda nocturna irrumpía el silencio.

Sus ojos miraban fijamente el horizonte, la helada ventisca golpeaba sus mejillas rebosantes de lágrimas, su castaño cabello caía revuelto sobre su rostro, apretaba fuertemente contra su pecho un pequeño ser que por cobijo, tenía únicamente sus brazos y el cielo.

El Mauritania navegaba apaciblemente rumbo a Inglaterra, Southampton comenzaba a vislumbrase entre la espesa niebla y el joven que miraba con nostalgia por la borda, sentía como poco a poco su corazón dejaba de latir.

- un día crucé el océano en busca de un motivo para vivir... una noche como esta te ví por primera vez... y una noche igual oí tu voz entre la niebla llamándome... quién diría que volvería aquí sólo con la esperanza de aprender a vivir sin tí!

- Señor... perdóneme... pero creo que será mejor llevar al bebé al camarote.

- Tienes razón Dorothy... - respondió con suavidad - Ailian es lo único que me queda... - un sollozo escapó de sus labios y apretó con delicadeza su tesoro - llévala adentro por favor...

- ¿Se siente bien señor?

- no Dorothy... sin ella no puedo estar bien...

La mucama tomó en sus brazos a la pequeña y desapareció en silencio dejando tras de sí a un atribulado joven.

- Dos años esperé para saldar mi deuda con Susana... dos años en que supe que el infierno podía estar aquí en la tierra... y dos años te tuve conmigo solo para volver a sentir ese fuego que me quema... la soledad.

- ¿y crees que eso te da derecho a huir? - dijo una voz a sus espaldas.

- No estoy huyendo Albert, sin ella estoy vacío...

- ¿y Ailian? ¿qué piensas hacer con tu hija Terry?

- ¿Qué puedo hacer Albert?... no sé cuidarme yo... ¿crees que podré hacerme cargo de ella solo?

- ¿y qué piensas hacer entonces? ¿ignorarla y fingir que no existe solo porque tienes miedo de vivir?

Terry guardó silencio, las lágrimas corrían por su rostro sin descanso, la mirada perdida. Albert lo observaba preocupado, sin atinar a acercarse o decir alguna frase que pudiera reconfortarlo.

- ¿por qué tenía que ir en ese tren?...

- Terry... no fué tu culpa, no es culpa de nadie... ella deseaba hacer ese viaje...

TINTA  Y  PAPELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora