Chissá se tu mi penserai
Se con i tuoi non parli mai
Se ti nascondi come me
Sfuggi gli sguardi e te ne stai
Rinchiuso in camera e non vuoi mangiare
Stringi forte al te il cuscino
Piangi non lo sai
Quantro altro male ti fará la solitudine.
La solitudine (La Soledad)
Laura Pausini
CAPÍTULO III
A sus 29 años, Terrence seguía siendo apuesto, tenía el cuerpo más marcado, las facciones más maduras pero la misma fuerza escénica, a pesar de su tristeza tenía el halo magnético y cautivador heredado de su madre. Sus azules pupila podían ser frías con todos, pero al mirar su dulce tesoro la alegría las inundaba y hacía brillar.
Sentado en las butacas del teatro observaba el escenario, los tramoyistas habían colocado todo para representar "Romeo y Julieta"
¡Tantos recuerdos Candy! – musitó – todo comenzó una noche como esta... las luces cayendo y Susana arrojándose por mí... la despedida en esa noche de invierno... mi boda y la muerte de Susana... y justo cuando creí que te había perdido, una vuelta del destino nos reunió en Boston... dos años te perdí, dos años estuviste a mi lado... y hoy sólo me queda tu recuerdo y una vida incompleta, sin ti...
El sonido de la armónica inundó los corredores, los recuerdos agolparon su mente:
Candy entrando por equivocación en su habitación a medianoche... Candy riendo en su traje de Julieta... Candy riendo en el Blue River... Candy llorando mientras eran separados en el establo del Colegio... Candy corriendo tras el tren... Candy huyendo escaleras abajo... Candy entrando a la Iglesia vestida de blanco... Candy sonriente entregándole a Ailian en sus brazos.
¿No crees que ya es hora de que la olvides?
¡Sarah! ¿qué haces aquí?
La jóven se acercó insinuante, su ajustado vestido la hacía verse incitante y él no pudo menos que reconocer interiormente que lograba atraer su atención.
¡Déjala ir Terry!... ya es hora de que vuelvas a vivir... por ti... y por tu hija.
Estas últimas palabras dejó caerlas con suavidad calculada, logrando el efecto que deseaba.
¿No crees que ella necesita de una madre que se ocupe de sus necesidades?... no seas egoísta.
Terry miró con duda a Sarah, quien se acercó más aún a sabiendas del efecto que estaba provocando en él.
¿No extrañas acaso que alguien te abrace por las noches?
Dicho esto, tomó su mano izquierda y con suavidad quitó del dedo de Terrence la alianza que en nueve años había llevado sin falta, acto seguido y sin darle tiempo de reaccionar, lo besó en la boca y el jóven perdió la noción de la situación.
** *** ** *** ** *** ** ***
Ailian miraba con desconfianza a través del ventanal, la figura de Sarah descendía del automóvil de su padre. Eleanor observaba y callaba, pendiente del momento y buscando la oportunidad justa para intervenir, para ella no había pasado inadvertida la falta de la alianza en la mano de su hijo ni las repentinas visitas de la actriz a la casa de su nieta.
¡Ella no me agrada! – dijo arrojándose a los brazos de Eleanor
Lo sé pequeña... a mí tampoco.
¿Por qué se tuvo que morir mamá? ¡De estar ella aquí papá no tendría por qué traer a Sarah!
Dime Ailian... ¿qué es lo que te desagrada de ella?
Como me mira... no me quiere... ¡yo lo sé!
No te angusties mi niña, yo te protegeré.
** *** ** *** ** *** ** ***
Terry sentía que la vida le daba una nueva oportunidad con Sarah, quien había sabido sacar ventaja de su soledad y su tristeza, logrando convertirse en alguien que cada día cobraba fuerza e importancia, comenzando a desplazar de esa forma el recuerdo de Candy.
Albert y Archie viajaban lo más frecuentemente posible a Londres, pues además de supervisar sus inversiones adoraban ver a la pequeña hija de Candy.
Archie llevaba en esta ocasión el regalo más especial que podría encontrar: una sweet Candy. Cada vez que miraba a la niña no podía evitar que llegara a su mente la imagen de aquella "gatita" que lo salvara un día en el río, de la jóven que esperaba ver cada noche cruzando su ventana en el Colegio. Albert, por su parte, veía en su sonrisa a la dulce niña que salvó una noche de tormenta, a la risueña rebelde que escapaba del Colegio para visitarlo en el zoológico, a la jóven que entregó orgullosamente un día en el altar... lamentaba que ni la Srita. Pony ni la Hermana María la conocieran. Ese era su objetivo: lograr que Terry decidiera viajar de vuelta a América unos cuantos días.
Annie se había recuperado lentamente del accidente sufrido años atrás, como consecuencia había borrado de su mente el traumático suceso, por un tiempo había sufrido de parálisis en la mitad del cuerpo, con el paso de los años se había fortalecido gracias a los cuidados y el amor de su esposo. Era la primera vez en muchos años que volvería a Inglaterra y estaba ansiosa de conocer a su sobrina.
En el puerto los esperaban Eleanor, el Duque de Grandchester y la pequeña, quien se encontraba feliz por ver a su abuelo materno y por conocer a su tía americana.
Al descender del barco, Archie no pudo evitar pensar en la llegada de Candy años atrás a ese mismo lugar, pudo ver a Stear tratando de hacer funcionar uno de sus tantos inventos y fracasar como era costumbre en él, pudo oir la risa de su hermano... Annie descendió con cuidado apoyada en su brazo, el viento frío la hizo estremecerse un poco, pero estuvo al punto del desmayo cuando vió correr hacia ellos a la pequeña hija de Terry.
¡Santo Dios!... ¡Es ella!... ¡Es Candy... está viva!
Annie cálmate, no es Candy, ella es Ailian.
¿A... Ailian?... pero si es...
¿Idéntica a nuestra querida Candice?... sí, lo es.
La niña se alejó del cuello de Albert sin darle tiempo de nada, los ojos azules del patriarca Andley se iluminaron con un destello de alegría al contacto de sus bracitos.
Al acercarse la figura de Annie no pudo evitar sentir cierta afinidad con ella. La joven dama la miraba asombrada sin saber qué decirle, fue Archie quien habló.
¡Hola pequeña!, ella es Annie, mi esposa... tu tía.
¿Es cierto que mi madre y tú nacieron el mismo día?
Sí...
¿Entonces por qué tú eres morena y ella era rubia?
Porque ambas éramos huérfanas y la Srita. Pony y la Hermana Maria nos encontraron el mismo día.
Querida, no incomodes a Annie con tus preguntas en este momento...
¡Abuela!
Vamos, ya habrá tiempo para conversar.
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TINTA Y PAPEL
FanfictionTerry tiene una hija y una triste historia de Amor. Un Nuevo comienzo que no es tan prometedor como él pensaba, un accidente, una nueva oportunidad. El titulo no tiene que ver con la historia. Es uno de los fics que más cariño le tengo. Simplemente...