ºTREINTA Y CINCO

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Jadeo despacio, moviendo mis caderas encima de su erección, mientras sus manos acarician mi cintura, bajandolas hasta apretar mi trasero levemente.

Hace apenas unas horas que llegamos a Alexandria trayendo con nosotros la buena noticia de que nuestro bebé esta muy bien de salud y unas pocas cosas que hemos traído de Hilltop.

Ni bien cruzamos para nuestra habitación, por alguna extraña razón sentía mi cuerpo arder por dentro y vaya que Rick se encargó bastante bien de eso.

Siento su miembro entrar y salir de mi de una manera deliciosamente adictiva mientras sus labios rosados de encargan de besar y saborear mis erguidos y sensibles pezones.

- Ah Jane, me encantas - sisea excitado pasando su espesa barba por mi piel sensible, haciendome gemir.

Comienzo a mover las caderas cada vez más rápido, escuchando el choque  de nuestras pieles desnudas y levemente sudadas. Me sostengo de su fornido pecho, admirandolo mientras muerde su labio inferior.

- Rick - jadeo despacio, comenzando a saltar encima de su erección, sintiendo el dulce cosquilleo en mi zona baja y como mis piernas se convierten en gelatina - Ahh Rick.

- Así, amor. Sigue - jadeo él, sosteniendo mi cuerpo, ayudándome con los movimientos sin llegar a ser muy bruscos - Ahh Janie.

Ambos jadeamos al mismo tiempo, mientras siento mi estómago contraerse con fuerza y el cosquilleo por todo mi cuerpo. Rick gime también casi al tiempo en el que lo siento vaciarse dentro de mi. Me acurruco en su pecho cuando sale de mi, sin aplastar demasiado mi vientre, descansando. 

Escucho su suave respiración a la par de la mía, mientras sus manos acarician mi espalda lentamente.

- Estuvo increíble - siseo acariciando los vellos de su pecho. 

- Siempre lo es - añade él besando mi cabeza, mientras recarga su cabeza en su antebrazo y el libre queda abrazandome por la espalda.

Nos quedamos en silencio, simplemente  disfrutando el calor de la otra persona. El dia afuera esta maravilloso, pero nada como estar en la cama,  junto a él.

Lo que me recuerda..

- ¿Seguro que tienes que ir? - le digo con un leve puchero, elevando un poco mi cabeza.

- Si amor, necesitamos esos materiales para el muro - responde él bajando su mirada hacia mi - Volveré pronto

- ¿Por qué no puedo ir contigo? - me quejo haciendo otro puchero mientras pasó mi dedo por su barba.

Fire || Rick Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora