ºTREINTA Y SIETE

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- N..negan - siseo nerviosa, sintiendo como mis piernas se vuelven de gelatina en este momento - ¿Qu..que haces aquí?

El hombre del bate balancea un poco su arma de lado a lado, mientras camina lentamente observando la cantera. Miro cada uno de sus movimientos, totalmente muerta de angustia ahora.

- Solo daba un paseo por el bosque - responde el, girando a verme con una sonrisa - ¿Qué hay de ti, preciosa?

- Yo..yo..estaba - titubeo con nervios, sintiendo la penetrante mirada del castaño en mi, dudoso. Expulsó el aire de mis pulmones, sintiendo mis hombros pesados - No es importante. De hecho ya me iba.

Le sonrió levemente dando la vuelta para darle la espalda y comenzar a caminar. Respiro con dificultad apenas doy unos pasos hasta que su voz ronca logra erizar mi piel una vez más.

- Jamás mencionaste lo bonita que era Alexandria, enana.

Freno en seco, maldiciendo en mi interior. ¿Cómo mierda me encontró? ¿papá se lo dijo? Giró sobre mi hombro para verle, temblando ante su sonrisa arrogante. Todo cobra sentido en mi cabeza cuando le escucho llamarme así.

Mierda, que idiota.

- La carta. Fuiste tu.

- Si bueno. Necesitaba verte y que me dieras una maldita puta explicación del por que me mentiste - explica, aún sonriendo - Aún después de lo que hice por ustedes.

- Somos reservados. No tuve opción - le respondo cohibida, desviando mi mirada de la suya - Y de verdad agradezco lo que hiciste por nosotros, pero ese no era mi lugar.

- ¿Y este lo es? - se burla, señalando a mis espaldas con su bate.

- Aquí esta la gente que amo.

- No todos - repone, haciendome bajar la mirada - ¿Qué le pasó al chico en el ojo? ¿de verdad estas en un lugar seguro? Por que te aseguro que en el Santuario, todos tienen sus dos ojos como debe ser.

Elevó la mirada sorprendida y a la vez aterrada de que sepa de Carl. ¿Cómo carajos sabe de el?

- Fue un accidente - digo con rapidez - Mira, en serio debo irme - digo aún nerviosa, llevando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja - Me aleg..

- ¿Qué carajos es esa estupidez? - se burla en voz alta, acercándose lo suficiente para tomar mi mano izquierda, admirando mi anillo - El hijo de perra en serio lo hizó

- Mi..mi novio me lo dio hace unos días. El es la razón por la que volví - le respondo con seguridad, retirando mi mano de la suya - Lo amo, y quería estar con el.

- No te creo - responde Negan, sonriendome - Si en serio lo amaras no me habrías besado aquel día.

Entre abro mis labios dejando escapar el aire pesadamente. El rubor en mis mejillas logra hacer quemar toda mi cara al recordar ese beso. Sus carnosos labios y sus gruesas manos tocandome.

Fire || Rick Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora