20. Una noche para los dos

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P.o.v. Kiara
Estaba en mi habitación, sentada con las piernas cruzadas en mi cama y... y viendo lo que decía al reverso de la cajita de pastillas anticonceptivas.

La verdad nunca pensé que llegaría a utilizarlas... pero eso no era en lo que más pensaba. Lo que más pensaba, era QUE CARAJOS HACÍAN EN LA CÓMODA DE MI MADRE?!

Ahora se por qué jamás tuve una hermana.

Abrí la cajita y saqué una pastilla, me la puse en la boca y tome el vaso de agua que estaba en mi mesita de noche a un lado de mi cama.

Le di un sorbo y pasé la pastilla, luego dejé el vaso en la mesita de nuevo y entrelacé mis manos jugando con mis pulgares.

¿Y ahora qué se hace? Me pregunté en la cabeza.

De repente, tocaron la puerta y mi primera reacción fue aventar la cajita de pastillas debajo de mi cama.

Me aclaré la garganta–pase

La puerta se abrió y Kovu entró–todo bien?

Le di una sonrisa–sip

–Qué día no?–dijo mientras entraba y cerraba la puerta tras de sí

Lancé un suspiro–la verdad si

Kovu rió y se sentó al lado de mi en la cama–la verdad si me imaginaba lo de Kion y Fuli

–Lo se! No puedo creer cuanto tiempo lo ocultaron!–después de haberlo reflexionado, la verdad es que siempre fue bastante obvio que había algo más entre Kion y Fuli

–Nomás falta que Bunga y Jasiri digan que andan juntos–dijo Kovu

Me eché a reír–ni des ideas!

Ambos reímos un poco. Hubo un pequeño momento de silencio, hasta que una duda cruzó por mi cabeza.

–Kovu?

–Si, princesa?–me respondió

Me relamí los labios algo nerviosa–como em... como te hiciste la cicatriz que tienes en el antebrazo?

Kovu se volteó a ver el antebrazo–de hecho fue de la primera vez que peleé contra Nuka

–Él te la hizo?–le pregunté

Kovu sonrió apenado–tenía doce años y era la primera vez que tomaba una lanza y...

–Tu te la hiciste?!–exclamé

–Si–dijo Kovu riendo

Torcí los ojos y reí–no puede ser–pase suavemente las yemas de mis dedos por la cicatriz de su antebrazo hasta llegar a una mordida poco visible que tenía en la parte de arriba de su brazo–y ésta mordida?

–Recuerdas el día de los cocodrilos?–me preguntó

–Si?–le respondí dudosa

–Cuando los distraje para que corrieras, uno de ellos me alcanzó el brazo, pero la mordida no fue tan profunda–me explicó

Retiré mi mano de su brazo–aún recuerdas ese día?

–Como si fuera ayer–me respondió con un tono de nostalgia, mirando hacia abajo

–Como si fuera ayer–me respondió con un tono de nostalgia, mirando hacia abajo

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El Rey León: Un nuevo amanecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora