Capítulo 15.
Junto a ti.
Narra ______(tn):
- Sólo te digo, no quiero volver a toparme contigo alemán.
¿Y el que se creía para decir eso? ¿Mi novio? Bueno es mi ex... Pero no, el no se tiene que meter en lo que yo hago o no hago.
- Justin yo sé con quién me meto -lo fulmine con la mirada.
- Pero _____(tn)... -Heinrich lo interrumpió.
- Ya la escuchaste rubio.
- No soy rubio -Justin rodó los ojos.
- Bueno ya basta -dije- Heinrich disculpa a Justin ¿sí? Él a veces es medio raro.
- No te tienes que disculpar por él, preciosa -sonrió.
- Uhm am... -me sonroje- Está bien, supongo que nos veremos.
- Tenlo por seguro.
- Apúrense -gruño Justin.
Me despedí de Heinrich con un beso... No es lo que ustedes creen, no un beso, un beso en la mejilla mejor dicho y prometió llamarme para salir algún día mientras permanecíamos en Canadá.
- Gracias a dios -refunfuño el chico más inmaduro del mundo.
- ¿Puedes parar de quejarte?
- No -corto él.
- No me jodas, no quiero que me acompañes a ningún lugar -me detuve y lo mire.
- Te acompañare igual y lo sabes.
- A veces no te soporto -suspire.
- Tendrás que soportarme porque estarás varios días conmigo y más aún, en mi casa -encarno una ceja.
- Perfectamente me puedo ir a mi casa, ¿sabes?
- No te dejare, ¿sabes? -río, lo hacía apropósito.
- Uhg -gruñí.
Camine mucho más rápido para alejarme un poco de Justin, saqué mi celular junto a mis audífonos los cuales posiciones en mis orejas y puse música, «All i want» empezó a sonar, si esa de bajo la misma estrella.
Cuando llegamos afuera del centro comercial estaba dispuesta a buscar un taxi pero alguien me tomó en brazos haciendo que los audífonos cayeran de mis orejas y estuvieran colgando.
- ¡Suéltame idiota! -chille.
- Necesitas un poco de diversión, Smith -dijo Justin.
- Si -asentí- Pero contigo no.
- Mala -saco la lengua.
- Toma esto -le enseñe el dedo de al medio.
- ¡Oh! Mira como me afecta -hablo sarcásticamente.
- Mátate.
Justin empezó a trotar literalmente conmigo en brazos, no soportaba estar así, sentía que en cualquier momento me iba a caer en el cemento y eso si que debe doler.
Finalmente Justin se detuvo donde había uno de estos carritos de supermercado, me puso encima de uno y empecé a reír, ¿es en serio?
- ¿En qué piensas, Justino? -pregunte.
- Vamos a tener un poco de diversión -se encogió de hombros.
- Sólo por esta vez, dejare todo es tus manos.
