Capítulo 16.
Junto a ti.
Narra _______(tn):
El mensaje que me había enviado Justin me dejo sorprendida, ¿acaso no pensó antes de decir eso? Hace unos días me decía lo mucho que amaba a su novia y lo feliz que era con ella. No me gustaba pensar que quizás podría arruinar una relación y más aún cuando Mia estaba embarazada de él.
- Lo siento Smith -dijo Heinrich.
- No te preocupes -sonreí.
- Ven -tomó mi mano.
Empezamos a subir las escaleras e hicimos una competencia en quien llegaba primero, finalmente el llego obviamente porque ocupaba el mayor espacio de las escaleras y me dejaba atrás.
Entramos a su habitación, supongo. No había nada fuera de lo normal, paredes blancas, cama con cobertores azules, armario, algunos que otros premios pero me llamo la atención las fotos que tenía pegadas en la pared.
- Bien, aquí está el armario -lo señalo- Puedes sacar cualquier polera y aquí -avanzo hasta una puerta y la abrió- Es el baño.
-Gracias Heinrich, en serio -agradecí.
- No es nada, ahora te dejo, cuando estés lista baja.
Él se fue cerrando la puerta de la habitación, mire de nuevo las paredes y me acerque a ver las fotos, el con su familia, con una pequeña que supongo que es su hermana porque se parecen y con una chica más o menos de mi edad quizás un poco más.
Ella era hermosa, tenía un pelo rubio natural hasta los hombros, ojos azules como el cielo, una pequeña nariz y de tez blanca, quizás era su novia y en realidad viendo las fotos eran la combinación perfecta.
Pero arriba de todas las fotos, una letra cursiva se alcanzaba a leer un «te extraño mucho» fruncí el ceño, ¿qué le había pasado? ¿Se murió? ¿Terminaron? La curiosidad me mataba.
No lo pensé más y me metí al baño para bañarme, cuando estuve lista salí del baño solamente en sostén/sujetador, abrí el armario y empecé a buscar alguna polera chica.
«No puede ser que no encuentre ninguna» pensé.
Hasta qué vi una polera de una mujer, era de un color blanco y algo ajustada, la tomé y la acerque a mí para olerla, olía bien. Entonces me di cuenta de algo, la polera era de la chica de la foto, ¡era absolutamente la misma!
La deje en donde estaba y me puse una polera celeste que por cierto era la más pequeña que encontré.
Baje rápidamente las escaleras, nuevamente me encontré a Heinrich hablando con su mama en alemán, ¿en qué me había metido? Gemí bajito cuando me di cuenta que de nuevo no entendía nada.
- Hallo, wie geht es dir? -hablo Heinrich.
- ¿Ah? -hice una mueca.
- Te ves chistosa tratando de entender el alemán -río el junto a su mama.
- ¿Eso habías dicho? -encarne una ceja.
- No hermosa, él dijo «hola, ¿cómo estás?» -contesto su madre.
- Ahmm -murmure.
- ¿Quieres que te vaya a dejar al hospital? -pregunto Heinrich levantándose de su asiento.
- Antes quiero pasar por la casa de Justin -moví mis pies.
- ¿Para qué?
- Me estoy quedando en su casa -me encogí de hombros.