De todas las cosas en el mundo, lo que ahora mas deseaba, era poder tocarlo y ayudarle. Tenia tantas ganas de poder tocarle y reanimarlo, saber que le sucedía, moverlo y entender que era lo que estaba pasando. Sentía una gran impotencia al verse inútil de poder atenderle, ¿por que tenia que ser tan mortal el tocarle?, no sabia que hacer, solo podía llamarle.
- ¡Iván! Despierta, ¿Qué te sucede? - no recibía respuesta alguna.
Asustado se sentó en la arena y miro a su alrededor para poder ver si alguien podía ayudarle, pero no había señal alguna de alguien cerca, apretaba sus manos en puños, era lo único que podía hacer, no podía dejarle ahí, así que, decidido a perder su vida, iba a tocarlo. Estiro su brazo hacia la cabeza de este, justo iba a tocarle sus cenizos cabellos, pero se detuvo, observo la arena y tomó un poco de esta en su mano para dejarla caer en el rostro del demonio.
La suave arena caía sobre aquel rostro nívea, pero el demonio blanco seguía sin responder, tomó otro poco y esta vez la dejó caer cerca de la nariz de este, aquello hizo que reaccionará un poco moviendo la nariz.
- ¡Iván!, ¿qué te sucede?, ¿estás herido?, ¿sientes dolor? - preguntaba en un tono angustiante.
Abrió un ojo, veía algo borroso por los pequeños cristales de arena que habian en su rostro, trataba de entender que era lo que estaba pasando, sus sentidos estaban aturdidos, a excepción del olfato, el cual distinguía bien el dulce aroma embriagador del ángel que tenia a su lado. Aquello agudizo de nuevo sus sentidos, pero no de la forma deseada, alertándolo a una cosa, debía comer.
Con la poca cordura y fuerzas que tenia, antes de que perdiera la conciencia, gruñó fuerte para después decir en voz baja – Aléjate de mi...-
Alfred no sabia a lo que se refería – Pero...- titubeo asombrado por que lo que le estaba pidiendo – No me alejare de ti.... No quiero –
El maligno se sentó en la arena, enterró sus dedos en esta y volvió gruñir - ¡Aléjate de mi! – repitió.
El mensajero de Dios se asusto, jamás había escuchado de esa forma al demonio, sin embargo, no se alejó, en vez de eso se acerco, no entendía lo que sucedía. El albino de nuevo prolongo su distancia, esta vez se había levantado del suelo recorriendo metros lejos del rubio – No lo entiendes... yo... - el rugido del ente se hizo presente y esta vez mas fuerte, acomodándose en una posición como si fuera a atacar.
El dorado no tenía la capacidad de pensar mal en las cosas, por eso mismo no se daba cuenta de lo que sucedía. Iván luchaba con su lado bestial, no quería hacer algo solo por instinto, de lo cual le dolería y se arrepentiría.
-Grrr!!... ¡Alfred vete de aquí maldita sea! - no pudo contenerse más, cayo de rodillas en la arena, sus ojos cambiaron de tonalidad a unos mas brillantes, sus dientes se volvieron mas filos, distorsionando por completo al ser oscuro. Su rugido era cada vez mas fuerte, lo cual anunciaba que ya no era ese quien el joven conoció.
-Iván...- susurro esa dulce voz, mirándole con esos ojitos azules llenos de angustia.
El espíritu de piel nívea sonrió macabramente, en sus ojos se veía el hambre que tenia, y como si fuera un lobo, corrió hacia el ángel, quien no entendía lo que sucedía, solo estaba triste y desorbitado por las repentinas acciones del demonio. En ningún momento se aisló, por el contrario, se quedó ahí quieto, solo deseaba que reaccionase y si no, morir en sus manos.
Iván se acercó levantando la mano, abrió grande la boca, al fin iba a comer.
Con el alma decaída espero a lo que seria su fin, no iría a quitarse de ahí ni a dejarle por nada del mundo, mucho ya había hecho con haber desafiado al arcángel Ludwig. Sintió ese aire voraz acercarse y en cuestión de un parpadeo de sus ojos, un extraño portal se abría enfrente de él, de la cual salió sorpresivamente un sujeto familiar.
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FEEL
FanficAlfred es el nuevo ángel creado por dios, el cual queda a cargo de Ludwig, un arcángel poderoso, quien le enseña su nueva tarea de cuidar de los humanos, los cuales tiene libre albedrio y el poder de amar. Sin entender bien aquello, entre una pelea...