Conociendo Larnion

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El desconocido observa a su alrededor, no teme al encontrarse con personas idénticas a sus amigos, sin embargo, es presa del pánico cuando los ve vestidos de diferente manera y no sólo eso, pues dos de ellos, tienen orejas largas de cuentos de fantasía.

Se levanta de la cama de un salto, alejándose lo más que puede hasta pegarse en la pared.

—¿Quiénes son ustedes? — Cuestiona con la voz a punto de quebrarse — ¿Dónde estoy? ¡¿Cómo es que no me han comido?!

—Habla humano — Le susurra Bárbara a Wendy

—Eso ví... — Carraspea —Estás-...

Sin embargo, la mano de Kyle levantada, hace a Wendy callar y retroceder, esto lo nota el desconocido, así que termina por observarle cada fino detalle.

—Eso debo preguntarte a ti — Su voz es firme y seria —¿Quién eres tú?

—No soy enemigo, eso te lo juro — Levanta sus manos solemne —A diferencia de ti, se ve que tienes mano dura. ¿Eres el dictador o algo así?

Bárbara no puede creer la sarta de palabras ofensivas por las que se dirige al alto gobierno, así que termina hablando.

—¡Más respeto, humano insolente! — Se alza ofendida —¡Estás hablando con el alto poder de Larnion! ¡Rinde respeto al rey!

El joven de revuelto cabello infla el pecho y entonces se inclina con burla mientras termina riendo.

—Lamento las insolencias, ¡Oh, altísima majestad! — Termina colocándose de rodillas completamente —¡Merezco los azotes que reciba! ¡Déjeme besarle los pies y rendirle eterno culto!

El rostro de Kyle se torna más duro ante la burla del desconocido, claro está, que no sabe las medidas graves que su eterna risa pueden ocasionar. Está dispuesto a ordenar, cuando el joven se incorpora y suspira.

—De verdad, mis más sinceras disculpas. Siempre quise hacer eso —  Toma aire — Mi nombre es Stanley Marsh, tengo veintitrés años, soy estudiante a veterinario en la Universidad de Denver, provengo de Colorado y juro, que no soy ningún enemigo.

Los rostros de la habitación se miran confusos, para nuevamente dirigirse ante el ya nada desconocido.

—¿Tu nombre es Stanley? — Pregunta Wendy perpleja

—Sí, pero todos me dicen Stan

El rey se le acerca, ignorando las advertencias del resto de miembros en el cuarto, Stan retrocede un paso con desconfianza, pues por más que el dichoso rey se pareciera a su mejor amigo y amor de su vida, no son la misma persona. Se sorprende y pega un saltito al sentir las manos del pelirrojo sobre su rostro, logrando incomodarse cuando le observa fijamente.

—Eres igual a él — Susurra

Vaya, en ese otro universo hay otro Stan.

—Nuestro Stanley es más atractivo — Alcanza a escuchar y él frunce el ceño

—Lamento no ser un modelo europeo... — Tuerce los labios y se aleja —Si ya acabaste de verme como bicho raro, ¿Ahora podrías decirme quiénes son ustedes? Se parecen mucho a unos amigos míos.

Prefiere omitir el que el rey se pareciera a su novio.

—Tienes razón, no es justo para ti. — El Rey carraspea —Mi nombre es Kyle, rey de Larnion, el reino de los elfos.

—Vaya, sí, era obvio — Tose y se dirige a los otros tres —Apuesto a que sus nombres son Wendy, Bárbara y Jimmy

—Sí — Wendy luce sorprendida —Soy Wendy, general del ejército de las doncellas. Un reino conformado por mujeres guerreras y listas

El Héroe y El Caballero [Style]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora