El Héroe y El Caballero [Style]

Traidor

*Zaron*

—¡¿Qué hiciste qué?!

Kyle rueda los ojos, enfocando nuevamente su vista en los textos que tenía sobre su escritorio, Bárbara y su madre reaccionaban de la misma manera escandalosa.

—No fue grave... — Responde con cierta vergüenza 

—No, no fue... ¡Pero no me refería a eso cuando dije que te divirtieras!

—¿Qué tiene de malo?

—Él tiene novio, tú también...

—Yo no lo besé, fue él — Tuerce los labios y desvía la mirada —Me estás haciendo sentir bastante mal.

—Lo siento, sabes que lo que menos quiero, es eso... Pero... — Suspira —Olvídalo. Sólo promete que no lo volverás a hacer.

Kyle silencia, un signo de no prometerlo.

—¡Kyle, esto es en serio! Estás metiéndote donde no debes

Y se hartó.

—Mira, Bárbara... Lo que menos necesito ahora son regaños cada que hago algo mal — Se levanta de la mesa molesto —Llevo mil años aguantando, la única tranquilidad que tuve, fue ayer ¡Y la terminaste arruinando con tu exagerada manera de actuar!

Bárbara retrocede cuando Kyle explota a la manera más tranquila que podía.

—¡Es increíblemente cansado velar un reino que no es tuyo porque tienes una maldita moral que impide no hacerlo! ¡Es hartante tener que aguantar quejas y regaños! — Alza la voz —¡Es hastiado extrañar al amor de tu vida y no poder llorarle porque está mal visto! ¡Es horrible tener que asumir la culpa de todas las cosas que salgan mal, las provocara o no!

Bárbara abre los labios, pero los cierra al notar que Kyle hablaría nuevamente.

—Solamente déjame disfrutar las cosas por un rato... — Suspira —Y si vas a seguir regañándome por algo que no hice, te ruego, me dejes trabajar.

Bárbara aprieta los labios fuertemente, entonces asiente. No podía hacer más de lo que ya hizo, eso dependería de Kyle hacerle caso o no.

—Lo último que quiero es que salgas herido de nuevo...

—Ese ya será mi problema...

Nuevamente entiende, retrocediendo hasta tocar la puerta con la espalda.

—No te desveles...— Le dice suavemente

Y sin esperar algún tipo de respuesta, sale de la habitación del monarca, dejando un silencio cortante e incómodo.

Kyle se sienta frente al escritorio una vez más, en un intento de continuar leyendo los mensajes con noticias que le llegaban de Larnion y alrededores... Claro está, ya no estaba de humor.

Apoya la cabeza sobre sus brazos, encima de la mesa, suspirando melancólico.

—Dime... ¿Qué hubieras hecho tú?

Como en sus sueños recurrentes, Stanley estaba con él. Podía imaginarlo acostado sobre la cama, mirando el techo y pensando sobre su situación.

—Primero, te obligaría a descansar. Segundo, le habría dicho que No a Butters, después de todo, las cosas en Larnion no están del todo bien. ¿Has visto la cara del ministro? ¡La tiene como si quisiera envenenarte!

Sus palabras las piensa tan idénticas...

—¿Y tercero...? 

—Te habría llevando a dónde no pudieran encontrarnos... ¡Todo un mes completo! Solos tú... Y yo...