Cita Nocturna

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Era sábado Desmond no tenía tareas ni obligaciones ese dia, así que optó por invitar a salir a Karina. Agarró su teléfono y la llamo, comenzó a sonar y contesto finalmente.

— ¿Hola?
— ¡Hola Karina! Me preguntaba si hoy tienes planes para más tarde...
— Estoy libre, ¿Por qué preguntas?
— ¿Te gustaría salir conmigo?

Se escuchó un silencio incómodo de momento.

— ¡Claro! ¿Donde nos vemos? *Pregunto Karina con entusiasmo.
— ¿Conoces el "Sunset Cafe"?
— Sí, nos vemos allí, me preparo y te veo allí.
— De acuerdo.

Termino la llamada y Desmond agarró sus llaves a la cuál estaban en la mesita de noche, baja las escaleras.

— Mamá, voy a salir.
— Ten mucho cuidado por las calles. *Dijo Bianca la madre de Desmond.

Finalmente llegó al lugar donde habían quedado encontrarse y todavía Karina no había llegado.

Así que agarró su teléfono y comenzó a ver su redes sociales y vio una noticia muy extraña.

"Encuentran un cadáver calcinado, posiblemente un asesinato y eliminación de pruebas, todavía se desconoce la identidad de la víctima."

— La criminalidad en esta ciudad cada vez está en aumento. *Se dice Desmond así mismo.

Baja su teléfono y ve a Karina abrir la puerta para entrar.

— Hola campeón.
— ¿Campeón?
— Por lo del partido de ayer. *Karina se sienta.

Karina se acomodó frente en la silla y vino un mesero a tomar nuestra orden.

— Me gustaría unas tostadas con bacon y un capuchino *Ordenó Desmond.
— Yo quiero una pancakes con jamón y extra carne... Oh y un café.

El mesero anoto todo.

— Enseguida vuelvo con su orden.

El mesero se retiró y Desmond presto su atención hacia Karina.

— ¿Qué tal tu primera semana de novata?
— Estuvo bien, es solo la primera semana tal y como dijiste.

Mientras estuvieron charlando, Karina le quito la mirada un instante y cuando Desmond miro hacia atrás un chico los observaba. No les quitaba la mirada de encima, comenzaba a ser incómodo para ambos.

El camarero llegó con ambas órdenes   y obstruyo la vista del chico que los observaba.

— Aquí tiene dama, su orden, y aquí está para usted, ¿Se les ofrece algo más?
— No gracias, muy amable.

El sujeto se levantó de su asiento y se fue del local, aquel hombre con esa chaqueta de cuero, gafas oscuras y su mirada ponían nervioso a Desmond.

— Buen provecho. * Me dijo Karina, pero Desmond estaba distraído
— Perdón... ¿Que dijiste?
— Dije buen provecho.
— Gracias.

Cuando terminaron de comer se quedaron mirándose uno al otro hasta que Karina comenzó hacer gestos.

— ¿Que tanto miras? *Le pregunto.
— Nada. * Desmond le sonreí.

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