Razón Número Seis

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"Odio tu caballerosidad esporádica y repentina"

A veces tenía que reconocer que era una idiota, ¡Una idiota y una descuidada! ¿Cómo no había caído en coger un paraguas antes de salir de casa aquella mañana?

Afuera, unas gotas densas y enormes se desplomaban sobre el asfalto, encharcándolo de una manera torrencial ¡Y estaba tan enfrascada en la lectura de mis apuntes que no había escuchado el ruido del agua golpear contra los cristales con violencia! Tsk…

— Vas a llegar completamente empapada, Blaze. Tsk… — Me dije a mi misma mientras caminaba por los pasillos desiertos, con la cabeza gacha. Aquel día había rehusado de la compañía de Shadow para terminar el trabajo, y ahora estaba sola, y sin saber que hacer para llegar en perfecto estado a mi dormitorio sin tener que tragar con aquella media hora a pie hasta el mismo. Quizás coger un autobús… — ¿Pero donde hay una maldita parada por aquí cerca? — Chillé histérica mientras salía al patio, observando la lluvia caer a escasos metros de mi. Suspire con desgana, mordiéndome los labios

— ¡Blaze! ¿Qué haces aún aquí? — Aquella molesta voz apareció detrás de mí, pero parecía que ya me estaba acostumbrando poco a poco, ya que a penas me sobresalté, pero si que le lance una mirada de reproche, volviéndome hacia él. Había aparecido por mi retaguardia con el pelo alborotado y goteando. — ¿Estas sola?

— ¿Te importa? — No tenía buen humor para aguantar sus preguntas incansables y su insistencia; y así se lo hice ver dedicándole una de mis miradas mas amargas — Si, estoy sola; y aún estoy aquí porque me quede haciendo papeleo. Pero como dije, no te importa — Mascullé, dándole la espalda y volviendo mi vista hacia la lluvia torrencial que no cesaba ¡Para maldita, para de una vez!

Silver se quedo callado unos instantes y se posiciono a mi lado, mirándome de reojo durante unos instantes, como analizando mi comportamiento y mi posición estática enfrente de aquella cortina acuosa — Y… ¿Por qué no te vas? — Preguntó, alzando las cejas y abriendo la boca, como tratando de buscar la respuesta mientras yo simplemente lo ignoraba — ¿No trajiste paraguas?

Aquel acierto me hizo sonrojarme. No tenía nada de malo haber olvidado un puñetero paraguas, pero se suponía que yo era una muchacha responsable, una chica que nunca caía en nimiedades como aquellas — ¡Y-yo…! — Trate de explicarme, pero antes de que pudiera, había plantado un gran paraguas plateado delante de mi cara, dejándome sin palabras.

— Úsalo — Ofreció con media sonrisa mientras me tendía el objeto, tratando de que lo agarrara, pero yo solo lo miraba a él — De todas formas, yo ya estoy empapado de la ducha, ¡Además, no me importa mojarme! — Aclaró, sin perder la sonrisa y ya su característico guiño de ojo, obligándome a tragar saliva y desviar la mirada ¿Cómo iba a mojarse por qué yo llegara impoluta?

— No hace falta que seas un caballero — Musité entre dientes, con una sonrisa cínica resbalándome de los labios, entrecerrando los ojos cuando este rompió a reír escandalosamente ¿Qué era tan divertido?

— No soy un caballero, Blaze — Chilló en su tono infantil y, simplemente, pude negar con la cabeza. Aquel muchacho era tan aniñado que a veces me preguntaba si de verdad tenia 17 años… Se me hacía demasiado pequeño en ocasiones — ¡Así que aquí tienes, mi paraguas! ¡Salvé la tarde a una chica preciosa, eso debería estar premiado!

Tras estas palabras tan vergonzosas casi me lanzo el objeto encima, obligándome a cogerlo aunque no quisiera. Suspire, con pesar — ¿Y tú vas a irte andando sin paraguas? — Espeté, alzando las cejas. Silver simplemente asintió mientras metía las manos en los bolsillos de su cazadora de deporte, encogiendo durante unos leves minutos los hombros, en una actitud que decía que no importaba ¡Maldita yo y mis buenos sentimientos! — Esta bien, ¡Demonios! Vamos… —Abrí el paraguas de mala manera, dándome cuenta de que era lo suficientemente grande para albergar a dos personas en su interior. —Caminaremos los dos bajo el paraguas y nos separaremos en un punto intermedio del camino, ¿Esta bien? ¡Y solo lo hago porque no quiero mojarme, y tampoco quiero que mojes esa cabeza de idiota que tienes! Bastante dañada esta ya, como para que encima se humedezca mas de la cuenta… — Espeté con mala gana acercándome mas a él, dándole el paraguas y lanzándole una mirada de "Camina, ya"

Te odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora