" Odio no poder evitar que todo mi ser se paralice cada vez que te veo aparecer…"
No tenía que haber accedido a continuar con la cita, ¡Aquello era ridículo, completamente ridículo! Aún no entendía como con un simple abrazo había conseguido callarme y traerme arrastrando hacia el lugar mas absurdo del mundo… ¿Qué muchacho adulto que se respetara llevaría a su "cita" a un centro recreativo? El ambiente estaba cargado de risas infantiles, lucecitas, sonidos varios… ¡Seguro que la mente de Silver tenía que ser así, llena de rayos epilépticos parpadeantes y risas estúpidas llenando ese espacio donde debería estar el cerebro!
— ¿Ves? ¡Este sitio es fantástico! — Su voz en este lugar no desentonaba tanto como en la calle, pero igualmente, era fastidiosa. Bufe muy alto, rodando los ojos y cruzada de brazos, tratando de mostrar mi malestar.
— Hay miles de sitios mejores que este, ¡Idiota! ¿Qué se supone que vamos a hacer aquí? — Mis cejas alzadas y escépticas parecieron hacer dudar un momento al muchacho, que sonrío efusivo tras unos segundos para chillar un "Jugar" que me enmudeció. ¿Qué teníamos, ocho años? — Silver, esto es ridículo…
— ¡Ya veras, después de esto te habrás olvidado de tu mal humor! ¡Esto distrae muchísimo, hazme caso! —¿Qué le hiciera caso? Golpearle era de lo que tenía muchísimas ganas, pero me las guarde para mí. Y en vez de eso le seguí con los ojos enfadados a cada y una de las maquinas que el quiso que probara. Primero con mal humor, luego curiosa. Dado que para los mandos resulté ser un poco torpe, él se ofreció a ayudarme y al cabo de una media hora me encontré chillando porque era incapaz de matar a un estúpido monstruo en la pantalla del videojuego mientras Silver reía escandalosamente detrás de mí.
— ¡No te rías! ¡No es mi culpa, este juego es ridículo! ¡Lo es!
— ¡El problema es que eres horrible jugando, Blaze! ¡No sirves para esto! — Se burlo sin maldad el contrario, picándome una mejilla con el dedo, pero al contrario de lo que habría pasado en una situación normal no me sonroje si no que sonreí de medio lado, desafiante y saque la lengua, dispuesta a hacerlo callar.
— ¡No soy horrible! ¡Es esta cosa, idiota! ¡Ya veras como…! — Y de nuevo enfrascado en otra partida ¡Aquello, aun que de niños, entretenía de cierta manera!
Aun que lo único que hiciera fuera perder pantalla tras pantalla ante las risas del experto que tenia al lado… Rabiosa, competitiva y con las cejas alzadas en tono altanero, comencé a buscar algo en lo cual ganar a aquel torpe, dándome cuenta mucho más tarde que prácticamente nos habíamos recorrido el local — Vaya… — Susurré cuando, al darme cuenta de la hora, tuve que darle la razón a Silver: allí las horas pasaban mas rápidas y distraía de lo lindo ¡Si seguía mucho tiempo allí, me atontaría! Quise girarme para preguntarle a mi acompañante cuando tiempo seguiríamos jugando con aquellas maquinas tan ridículas y entretenidas, pero algo había sucedido: Silver no estaba allí, conmigo.
— ¿Silver? — Susurré, alejándome un momento de la maquina, tratando de lucir un gesto de enfado, pero realmente me asuste en décimas de segundo ¿Cuándo se había marchado? ¿Por qué se había marchado? Yo… Yo… Negué con la cabeza mientras me encogía, sintiéndome fuera de lugar y deseando salir corriendo de aquel sitio y maldecir en voz alta al estúpido que la había llevado allí ¿¡Dónde estaba!? — ¿Dónde estas, pedazo de idiota? — Masculle mientras apretaba los dientes, no queriendo reconocer lo nerviosa que me ponía aquella situación… Silver se largo, dejándome allí sola, ¿Por qué? Quizás se había pensado todo… Mucho mejor. Y sé había dado cuenta de que, como había dicho Rouge, no valía la pena. Tal vez…
— ¡Blaze! ¿Terminaste de jugar? — Una voz resonó enfrenté de mi persona y alce la cabeza, con la boca partida en una mueca de amargura. Silver corría hacia mí con un objeto purpura en la mano, sonriente y risueño
¿De donde salía? Nada más llegar a mi lado lo empuje con resentimiento, cruzándome de brazos y desviando la vista, evitando ahogarme ante el alivio y el temblor que me recorrió de arriba a bajo al volver a verlo ¡Era como un calambre que me sacudía por completo, llenándome de un extraño alivio! — ¡Eh! ¿Qué pasa, has perdido y ya te enfadaste? ¡Estabas tan concentrada jugando, que quise traerte una sorpresa para cuando terminaras! — Blandió aquella masa de pelos violetas delante de mi, juguetonamente e ignorando mi mirada asesina, la cual trato de enfocar lo que me mostraba, básicamente para no acabar con su vida lenta y desgarradoramente. Silver me mostraba un animal de peluche, el cual supe reconocer como un pequeño y peludo gatito violeta, de pequeños ojos dorados.
— Pero… — Mi rabieta casi se disipo, mirando alternativamente el peluche y luego al muchacho, frunciendo aun mas la boca — ¿Otro peluche? — Fue lo único que dejaron salir mis labios ante mi repentino nerviosismo y mi ligero tartamudeo ¡Me sentía tan ridículamente nerviosa!
— ¡Si, lo he visto de lejos y pensé que sería una buena compañía en la cama para "Bolder" ! ¿No crees? — Sus palabras, una tras otra, borraban toda la amargura y la rabia que habia sentido hacia unos instantes, transformándola en algo que me ahogaba, me llenaba, me hacia temblar pero de una inexplicable felicidad. Temblorosa, alce la mano, asintiendo y agarrando el peluche entre mis manos. No sabía que decir en aquel momento, y mi rostro habló por mi, mostrando mis mejillas teñidas de rojo — Lo volveré a repetir, te ves adorable cuando te sonrojas… — Su tono era inusualmente bajo, suave, al mismo tiempo que una de sus manos se atrevían, temblorosas, a rozar uno de los cachetes de mi cara, deslizando las yemas por él, como si yo estuviera hecha de porcelana.
Yo, tratando de no soltar un suspiro demasiado revelador, me gire, nerviosa — ¡Te-tengo hambre! —Declaré, sin mucho convencimiento, pero buscando de alguna manera volver a tener el control ¡Empezaba a descontrolarme con sus acciones…!
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Te odio
RomansaA primera vista puedo parecer una chica agresiva, por esta repentina declaración, ¡Pero no lo soy, ni mucho menos, maldición! Soy una dama, ¡Toda una dama! Puedo controlar mis nervios y mi compostura de buena gana en casi todas las situaciones posib...