Me guió por toda la casa, la curiosidad me carcomía pero no dije nada para no estropear el ambiente que habíamos creado a nuestro alrededor, llegamos hasta el patio y continuamos hasta el principio del muelle donde había colocada una mesa para dos con la cena puesta.
-¿Que te parece?
-Me encanta, quien iba a pensar que un rudo motero podía tener estos detalles-le di un pequeño beso en los labios y me senté en una se las sillas.
-Aunque no lo parezca tengo corazón, todo esto lo hice por nosotros, para inaugurar nuestra convivencia y para que tú te despejes un poco.
-Muchas gracias, lo necesitaba-comimos la cena en silencio hasta que llego el postre-Estaba todo muy bueno, ¿has cocinado tu?
-No, le he pedido a la mujer que se ocupa de la casa que lo preparara.
-Pues dale la enhorabuena de mi parte.
-Se la puedes dar tu misma, viene todos los días- en ese momento mientras asentía me salio un bostezo que no paso desapercibido para Drew-Anda vamos a la cama que estas muerta.
-Ha sido un día duro, con tanto acontecimiento-en ese momento Drew me cogió en brazos-¿Que estas haciendo?
-Llevarte a la cama-cuando llegamos al cuarto me tiro a la cama y se subió encima mio para comenzar a besar mis labios, sentí como sus manos se metían por dentro mi camiseta y la iba subiendo poco a poco hasta que me la quito por la cabeza, las sensaciones que estaba sintiendo en este momento eran indescriptibles, no recuerdo como pero en menos de un minuto ambos estábamos desnudos debajo de las sábanas, sentí como se posicionaba entre mis piernas e iba entrando podo a poco dentro de mi, me perdí dentro de la pasión que creábamos juntos hasta que ambos terminamos a la vez.
-¿Estas bien?-asentí apoyada en su pecho mientras escuchaba el latido de su corazón de forma pausada, sentí como mis ojos se cerraban, como Drew posaba sus labios en mi frente y escuchaba como un pequeño susurro antes de caer rendida-Descansa.
Cuando me desperté estaba amaneciendo y Drew todavía seguía dormido, retire las sábanas de mi cuerpo para levantarme, pero en el momento en el que hice el amago de ello los brazos de Drew me rodearon más fuerte y me acurrucaron a su pecho, una sonrisa surgió por ello en mis labios, intente quitarle de nuevo pero fue imposible.
-No te muevas...-Levante la cabeza y vi que seguía con los ojos cerrados.
-Déjame levantar.
-No, es muy temprano todavía, quédate un ratito más aquí conmigo.
-Lo siento, pero me muero de hambre y necesito un café.
-Está bien-quito sus brazos de mi cuerpo, por lo que rápidamente me escabullí de la cama y fui corriendo al baño, cuando salí me puse una camiseta de Drew- Tráeme un café por favor.
Cuando llegue a la cocina me encontré con una mujer menuda de unos cincuenta años, limpiando los platos que habíamos dejado en el fregadero nosotros anoche, cuando se dio cuenta de mi presencia dejo de fregar para acercarse a mi.
-Tu debes de ser Melisa, encantada soy Margaret.
-Un placer, ¿necesitas ayuda?
-No hace falta, me imagino que vendrás a por café para ese gruñón que está ahí arriba-Me tendió dos tazas de café-Corre ve, que seguro que ya esta rezungando.
Subí hasta nuestra habitación para encontrar a Drew apoyado en el cabero de la cama frotándose los ojos mientras mantenía el ceño fruncido, le entregué una taza de café y me senté a su lado.
-¿Porque has tardado tanto?
-Estaba conociendo a Margaret-nos quedamos en silencio mientras tomábamos nuestro café, hasta que el sonido del teléfono lleno toda la habitación, Drew contestó la llamada y tras unos minutos hablando con la persona, cuando colgó se levantó de golpe y se comenzó a vestir-¿Que pasa?
-Debemos ir al club, ha ocurrido algo.
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CAOS
Teen FictionLa vida de Melisa pega un giro inesperado cuando su padre muere y su madrastra la deja en la calle teniendo que recurrir a su único tío, que es el vicepresidente de los diablos uno de los club de moteros más peligrosos de la ciudad de Nueva York.