Dejando la zona residencial, ambas llegaron al vivido centro que estaba repleto de luces, decoraciones y carritos de comida y bebida, sin mencionar las familias y parejas que paseaban viendo lo que quedaba de ese año en un gran reloj. En medio de la playa de cemento había un enorme árbol de Navidad con falsos regalos, el cual en sus ramas tenía incontables cintas y papeles que guardaban el deseo de algunas personas para todos los meses que se venían.
—Espero que no nos crucemos con nadie conocido... o que nos reconozca —comento Lex viendo atentamente alrededor, de aquella manera notando el local que vendía las tiras de tela y parecidos.
—Ojala —dijo la mayor girando rápido la cabeza cuando su novia se echo a correr—. ¿A dónde vas? —pregunto alto empezando a seguirla.
—Una roja y una dorada —pidió a la mujer que le entrego las cintas—. Gracias —sonrió pagando justo cuando Raisa llegaba.
—Pensé que te estabas escapando —bromeo la femenina tomando la que le entregaba, la de color sangre quedando para Lex.
—Para nada, de hecho te digo que hay que atarlas juntas para permanecer como pareja todo el año que viene.
—Hum, de acuerdo —asintió colocando una mano en su espalda, a medida que se acercaban al árbol dejándola para atar lo adquirido.
Al terminar, Lex saco varias fotos desde distintos ángulos y miro a Raisa después de guardar el celular, ahí notando que la observaba casi con un signo de pregunta flotante sobre su cabeza.
—Estaremos juntas por la eternidad y viviremos muchas cosas, es mejor no olvidar las lindas y pequeñas —explico.
—Tienes razón —le dio un rápido beso al estar en un lugar concurrido y continuaron caminando hasta hallar una banca, en donde esperaron unos diez minutos a la medianoche.
Cuando la hora se hizo, fuegos artificiales empezaron a salir y las dos miraron muy entretenidas el espectáculo, en cierto punto tomándose de las manos y entrelazando sus dedos antes de verse y besarse.
—¡Feliz Año Nuevo!
—Feliz Año Nuevo para nosotras —susurró contra sus labios.
Lex, con los pómulos sonrosados por el bello momento, desvió los ojos algo avergonzada y se apoyo en ella, en ese instante viendo como Clara caminaba feliz junto a una chica bajita, rubia de ojos azules que poseía un piercing en el labio inferior.
—¿Qué miras? —pregunto Raisa.
—¡Es Clara con su prometida! —exclamo sorprendida.
—Ah, si. ¿Cómo se llamaba? —inquirió inclinándose para observar mejor.
—Caitriona —respondió con maravilla, porque su amiga lucía tan enamorada que parecía casi una ilusión—. ¿La llamo o no?
—Hazlo si quieres —se encogió de hombros.
—¡Clara! —exclamo poniéndose de pie y soltando a su novia, la nombrada parando en seco al tiempo que movía rápido la cabeza.
—¡Hey! —sonrió levantando un brazo cuando dio con Lex—. ¡Qué coincidencia! —dijo abrazándola cuando se acercaron, al terminar poniendo una expresión que intentaba no ser descortés al ver a su acompañante—. Hola de nuevo...
—Lo mismo —respondió Raisa dándose un seco beso en la mejilla.
—No la conoces, pero ella es mi prometida, Caitriona —la presento, a lo que la chica las saludo a ambas con una sonrisa algo tímida, aunque miraba con atención la pareja que formaban ellas dos.
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𝐌𝐈 𝐇𝐄𝐑𝐌𝐎𝐒𝐀 𝐏𝐑𝐎𝐅𝐄𝐒𝐎𝐑𝐀 [pausada]
RomanceAlexia es una chica normal que no sobresalía mucho en la enorme escuela de mujeres a la que iba. Gustándole estas, con las grandes posibilidades que había allí, se viene a enamorar de una persona incorrecta: su hermosa profesora de gimnasia. Después...