LA VACANTE

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Cerca de mi destino, veo la puerta negra de la instalación y el latido de mi corazón aumenta con anticipación.


Incluso por la mañana el lugar es completamente intimidante. Tenía el presentimiento que por la noche, el lugar sería a un más escalofriante que toda la ciudad entera de Australia. La puerta era grande y vieja, un poco oxidada dadas las capas de color rojizo que se desprendían alrededor de las barras de hierro.


A la derecha de la puerta, hay un símbolo negro en forma de cartas de oro, con una escritura en inglés y alemán:

Bienvenido al Asilo Becca para Criminales Dementes.


Criminales Dementes.


Yo, Clarke Griffin, voy a trabajar en uno de los mejores Institutos de Salud Mental de Australia, el renombrado: Asilo Becca para Criminales Dementes.


Mi mente era una pelusa cuando imaginé con qué tipo de criminales trataría.


Dos guardias abren la puerta permitiendo aparcar el coche dentro. No tomó mucho tiempo para recibir el saludo de un hombre de mediana edad, usando gafas de marco redondo; parecen ser del tipo "roto", con una cinta adhesiva en medio de la estructura para mantenerla junta y crear una sola pieza. Miro un poco más de cerca y es visible ver el puente de su nariz ligeramente doblada, además de algunos rasguños, como si alguien se la hubiera roto de alguna manera.


"Doctora Griffin, es un placer conocerla". El hombre alto me saluda con un apretón de manos.


"Gracias, también es un placer conocerlo." Le respondo devolviéndole el saludo. A lado izquierdo de su bata blanca tiene una etiqueta con sus datos básicos: Jason Rothenberg. Supervisor General.


"Tengo una duda Doctora Griffin, después de leer su curriculum, ha surgió una pregunta que debo hacerle y es, ¿Por qué dejo su antiguo empleo para laborar en un lugar como este rodeada de criminales?"


Mi primer empleo fue en el "Instituto de Australia para la Salud Mental Juvenil". Mis pacientes en ese entonces eran en su mayoría niños y ocasionalmente adolescentes con experiencias traumáticas. A pesar, de que todos mis pacientes anteriores tenían diferentes trastornos mentales, ninguno de ellos fue realmente un criminal.


Sin embargo, siempre he tenido la pasión por aprender sobre la mente humana y los diferentes mundo unilaterales que coexisten dentro de la cabeza. No sé por qué, ni cómo comenzó esta extraña fascinación, pero desde que era un niña, la lectura sobre historias de asesinos en serie y psicópatas eran mi pasatiempo favorito. Siempre tenían algo tirando de mi curiosidad para saber más y preguntarme como trabaja una mente criminal. Asistí a algunas de las clases de criminología en la universidad y también cursos, pero no tengo ninguna experiencia con el trato a los reclusos.


Pero ser capaz de sentir el encierro con criminales psicópatas, es algo que estaba deseando. Aun sabiendo, que será un reto más difícil de lo que estoy acostumbrada, no pude dejar de pensar en que la oportunidad de trabajar con este tipo de personas, finalmente había llegado; en cuando me enteré de la vacante para psicoterapeutas y psiquiatras en este Asilo, no perdí tiempo en enviar mi curriculum .

LOCO AMOR -CLEXA AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora