La Ausencia

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Pase la manga de mi bata blanca, por los rastros de lágrimas en mi rostro. No estaba lista para esto. No estaba lista para que ella me gritara de esa forma. No estaba lista para escuchar su voz tan enojada y fría. Tampoco, estaba lista para que los oficiales usaran descargas eléctricas sobre ella. Y ni siquiera sabía que los oficiales usaran esa clase de armas.


En el pasado, el uso de la electricidad, fue común para el tratamiento de los reclusos, sobre todo para acondicionar el comportamiento de una manera determinada, pero poco a poco se convirtió en obsoleta gracias a que la gente se dio cuenta, que este tipo de tratamiento es inhumano. Nunca me dijeron que el Asilo seguía usando esas armas. Y el hecho de que ni siquiera dudaron en disparar contra ella, no solo me hizo enojar sino que también me lastimo.


Estoy enojada porque esto podría dejar grandes marcas en el paciente, no físicamente, sino psicológicamente. Y ahora me pregunto , ¿Cuántas veces durante su larga estancia en el Asilo, Lexa ha sufrido esas descargas eléctricas?.


Nuevamente, mis ojos fueron obstruidos por las lágrimas.


"¿Esta bien, Doctora?" Uno de los oficiales me preguntó. Había cinco de ellos, escoltando a Lexa como si fuera un animal peligroso. Todo esto me estaba lastimando al grado de caerme a pedazos.


Mis piernas estaban tan débiles, sin embargo, hice mi mejor esfuerzo para mantenerme de pie, siguiendo todos sus pasos.

"S-si". Tartamudeé, aun en shock por lo ocurrido.


Mi mente era un desastre, las preguntas surgían sin control, todas alrededor de lo que yo había hecho para provocar su episodio. No tenía ningún sentido. ¿Por qué me ataco? ¿Por qué se enfadó tanto? Estaba a punto de darle sus osos de gomita ... sólo queria que ella se comportara e hice una amenaza inofensiva, eso fue todo. Pero por lo visto, eso la hizo enfurecer.


La cabeza de Lexa siempre se mantuvo abajo mientras los oficiales; Marino y Luca la sostenían por los hombros. Ella no volvió hablar. Lo único que hizo; por su propio, fue seguir a los oficiales sin hacer nada más.


Mi corazón seguía palpitando con fuerza contra mi pecho y tuve miedo que pudieran escucharlo.


Cuando llegamos al ascensor, Orlando presionó el botón para ir el nivel cinco. Fruncí el ceño. Creía que íbamos a la SHU. La SHU no está en el edificio médico.


"Esperamos que Jason te deje encerrada para siempre, Woods". Bella Marino restregó sus palabras a Lexa.


No. No la puede dejar encerrada para siempre. ¡Necesita tratamiento! Si se queda en la SHU no tendrá sesiones conmigo. ¡No quiero dejar de verla! ¡No quiero que ella se desvanezca en esas sucias celdas!


Mientras caminábamos a través de los pasillos, el latido de mi corazón cada vez era más rápido. Solo necesito quitarme esta preocupación y saber qué le diría Rothenberg a Lexa. ¿Por cuánto tiempo la enviara a la SHU? ¿2 semanas? ¿Tres semanas? ¿Un mes? Dios, por favor, no.

LOCO AMOR -CLEXA AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora