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—¿Listo para la acción?— Preguntó JiSung emocionado mientras miraba expectante las vías del juego en el que estaban.
—No— Aseguró ChenLe apretando los ojos y su agarre de la placa metálica que impedía su rotunda muerte al empezar el juego.
Estaban en una feria, específicamente en la montaña rusa. El menor pensó que pasar todo un día en la feria sería algo para recordar, pero no contaba con el vértigo de ChenLe, así que cuando lo recordó más razones tuvo para obligarlo a subir.
Ya habían recorrido la mayoría de los juegos, JiSung dejó que el chino eligiera los primeros, las sillas voladoras, el martillo y ese tipo de cosas vinieron después. Si su novio tenía un trauma con las alturas él haría que lo superara o que se desmayara en el intento, lo que ocurriera primero.
Ahora, con un ChenLe aterrado aferrándose con todo y uñas a la vida y un JiSung adolorido tratando de despegar las uñas de su novio de su brazo; el recorrido de la montaña rusa había acabado.
—Ah, Delfín idiota, casi me arrancas la piel. — Se quejó el menor mientras ambos caminaban a la salida.
—No te andes quejando Park, yo casi muero allá arriba y créeme cuando te digo que si hubiese muerto por uno de tus caprichos, te hubiese arrastrado al mismísimo infierno conmigo de ser necesario.
Y justo ahí fue cuando JiSung sintió el verdadero temor.
Razón número once de ChenLe para amar a Park JiSung; "Esél"
