24: "Noche de lobos"

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Estaba tirada en el sofá de una de las estancias de la casa jugando con mi mascota, a nada de quedarme dormida. Después de la fiesta de mis hermanos habían pasado unos cuantos días bastante tranquilos. No había analizado mucho mi vida en ese lapso de tiempo porque lo tenía todo muy claro.

-¿Qué tal... Penny? -estaba hablando con el perro. -No, no me gusta. -negué con la cabeza mientras ella me mordía la manga de la blusa. -¿Reg? Me gusta Reg.

Sonreí a medias cuando se recostó a mi lado alegremente para tranquilizarse un poco, como todos los cachorros, era muy hiperactiva.

-¡Sarah! -esa era la voz de Rebekah desde el salón principal de la casa, Reg movió las orejas al captar el sonido y me llene de ternura, ignorando los gritos de la rubia. -¡Sarah! -su voz iba acercándose. -¡¿Acaso no me escuchaste?! -por fin llegó a donde nos encontrábamos.

-Me gustaría decir que no, Rebekah. -murmuré al voltear a verla. -¿Qué quieres?

-Que grosera. -replicó al cruzarse de brazos y acercarse a mí. -¿Qué nadie en esta casa puede ser amable?

-No cuando estas gritando. -suspire. -Dime que necesitas, quiero dormir un rato.

-Nada de dormir. -tiro de mi brazo y me hice pesada para que no me moviera, quejándome. -Anda Sarah, vamos a salir de la ciudad.

-¿Para qué?

-Voy a acompañar a Alice a ver vestidos de graduación en Denver. -respondió. -Sé que ella no quiere admitirlo pero seguro quiere que la acompañes.

-No tengo ganas de perder mi tiempo así.

-Tienes tiempo de sobra, querida. -usó un tono severo. -Nik vendrá con nosotras.

¿A ver vestidos?

-¿Por qué Klaus va a ir con ustedes?

-Dará una exposición de arte. -por fin me puse de pie. -Deberías aprovechar la oportunidad.

-¿A qué te refieres con eso?

-Ya sabes a que. -me sonrío y tiro de mi brazo nuevamente para que la siguiera. -Andando.

Iba a ser un día interesante.

*

Estaba en mi cuarto observando por la ventana como Klaus le daba instrucciones a ciertas personas desconocidas para que pusieran sus cuadros en un camión, cuestionándome porque encontraba tan encantadora la manera en que daba órdenes.

Ya había preparado mis cosas y solo estaba esperando a que nos fuéramos. Me sentía algo ansiosa por que Rebekah lavó mi cerebro con la idea de que si pasaba tiempo con Klaus fuera de la ciudad nuestra relación por fin iba a llegar a algo más. A ese punto de mi vida me moría de ganas de estar con él.

De repente Klaus se dio cuenta de que lo estaba observando y volteo a verme, no iba a esconderme porque no quería mantener en secreto mi acoso.

-¿Qué tanto me ves, amor? -pregunto directamente al juntar sus manos detrás de su espalda.

¿Qué no te veo, maldito?

-Me parece que te estas llevando muchos de tus cuadros. -evite una sonrisa y cambie de tema. -¿Planeas ya no volver?

-¿Eso crees? -preguntó mirándome. -¿Te alegrarías si pasara?

-Si te fueras para siempre de aquí me romperías el corazón. -pronuncie esa oración con ironía y él bajo un poco la vista, sonriendo. -Ya dime.

Choose Me [Damon] [Klaus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora