Choose Me [Damon] [Klaus]

29: "Vacíos"

Entre a buscar ropa al cuarto de Klaus antes de ir a tomarme una ducha cuando lo vi sentado en uno de los sillones leyendo un papel en sus manos.

-Hola. -me dirigí a una de las cómodas, estaba segura de que había dejado una blusa en su habitación, no podría estar en otro lado. -¿Qué lees?

-Una carta que tu nueva amiga me dejo. -volteo a verme. -¿Qué buscas?

-Esta blusa azul. -respondí al encontrarla, también vi otras cosas mías. -Y mi ropa interior, aparentemente. -voltee a verlo. -¿Mi nueva amiga? Yo no tengo amigas.

-Katerina Petrova. -me senté en el brazo del sillón con curiosidad. -Mira. -tome el papel para leerlo.

La carta escrita a mano básicamente decía que la chica había encontrado una fuente de peligro para Klaus en Nueva Orleans que podría ser muy importante para su vida y la de toda su familia. Daba por hecho que con esa información por fin obtenía su libertad, aclarando que ya no iba a huir de él, ya estaba cansada de ese círculo.

Fruncí el ceño porque no me esperaba que perdiera la paciencia tan pronto como para buscar su libertad por otros medios, me había pedido que intentara abogar por ella pero solo habían pasado unos días. Quizás lo que había encontrado si era muy importante.

Me sentí un poco mal porque ella si había cumplido con su palabra: Jeremy Gilbert no había regresado vivo de ese viaje, el apocalipsis para los hermanos Salvatore y la chica Gilbert había empezado a raíz de su muerte. Elena había apagado su humanidad por que no podía soportar el dolor y se había convertido en un dolor de cabeza que solo seguía perdiendo el rumbo de su vida, se había roto el vínculo señorial que tenía con Damon y arruinado su relación momentáneamente, lastimado a todos sus amigos y perdido todo el interés en la cura del vampirismo. Katherine había intentado ya intercambiar su libertad por la cura pero por ciertos engaños de partes de Silas -la criatura que había estado resguardando la cura desde un inicio en su tumba -se había perdido. Según lo que todos sabían, Silas era el primer ser inmortal en haber existido, era tremendamente peligroso por sus habilidades psíquicas y no se conocía su rostro.

Había una gran historia detrás de la cura del vampirismo pero yo no estaba interesada en saberla, tampoco los originales lo estaban. Por eso Katherine había buscado otras opciones.

-Así que... ¿le crees? -pregunté al terminar de leer. -¿Vas a ir a Nueva Orleans? Es decir, ¿Qué tan cierto es esto?

-No lo sé, pero es mejor descartar posibilidades. -respondió al tirar de una de mis piernas para que me sentara en su regazo. -Puedes venir conmigo, iré mañana.

-No puedo. -contesté al negar con la cabeza. -Voy a acompañar a mis hermanos en su vuelo a Francia.

-No tienes que llegar hasta allá, pueden llegar sanos y salvos sin tu ayuda. -paso una de sus manos por mi espalda. -Esa ciudad es una de mis favoritas en el mundo, puedo darte un tour mientras masacro a mis enemigos.

Sonreí, sonaba realmente divertido pero no podía faltarle a la promesa que les había hecho a mis hermanos. Después de todo lo que habían pasado, de su graduación y de la muerte de Jeremy por fin estaban viendo una luz de tranquilidad al irse a estudiar juntos a otro lugar, querían que fuera con ellos a conocer el departamento donde vivirían al igual que una de las universidades en las que querían invertir su tiempo. Y quería tener esos momentos con ellos.

-Estoy segura de que podemos ir en cualquier otra ocasión. -murmure tras darle un beso en los labios. -Podemos vernos pasado mañana aquí y planear otro tour que incluya una visita a Nueva Orleans, si de verdad es una de tus ciudades favoritas.