25: "Incluso si es un infierno"

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A la mañana siguiente tarde bastante en despertar, el sueño en el que estaba sumergida era tan profundo que apenas podía moverme. Poco a poco mi cuerpo empezó a reaccionar, haciendo que diera una vuelta llena de satisfacción por estar tan relajada y en paz. Choqué con un cuerpo. Abrí los ojos sin moverme mucho y allí lo vi, recostado al lado de mi solo con su pantalón puesto y los ojos cerrados, Klaus seguía profundamente dormido.

Tuve que apretar los labios para no sonreír como estúpida porque en ese momento lo sentí todo lo golpe: los sentimientos que había desarrollado por Klaus y que había estado conteniendo se me vinieron encima. No solo deseo o gusto, era todo. Estaba a punto de caer en ese horrible sentimiento por él que me mandaría a un abismo que yo misma había construido.

Sabía lo que sentía por él y no podría imaginarme con alguien más pero también me conocía, para cualquier persona enamorarse era una experiencia majestuosa pero para mí era un producto malo con un bonito empaque.

Klaus es mucho más que un bonito empaque.

El amor me había golpeado pero el miedo de que volvieran a lastimarme me golpeo aún más fuerte.

Después de todos los tipos imbéciles con los que había salido me estaba volviendo paranoica. Sabía que ya no había vuelta atrás después de lo que había sucedido la noche anterior, por más que lo intentara no iba a poder mantener distancia.

Tome un mini respiro por mis asfixiantes emociones y con cuidado me puse de pie para ir a lavarme la cara al baño. De camino tome mi ropa interior y blusa para mayor comodidad. Al terminar me tome un segundo para observarme al espejo, recordando todas las veces que me sentí fea por llorar horas y horas después de que un chico me hiciera daño, la inseguridad corriendo por mis venas al creer que todo era mi culpa, que no podía ser suficiente para nadie. Esa niña llorona que me había perseguido toda la vida tenía solo unos meses sin aparecerse, y honestamente, no quería volver a verla.

Quería que el recuerdo de esa ridícula chica se perdiera en el olvido pero eso solo era posible si no tomaba malas decisiones amorosas.

La pregunta del millón era: ¿Klaus Mikaelson sería una mala decisión?

-¿Está todo bien, amor?

Voltee a verlo al lado de la cama, se estaba poniendo la playera, tenía una sonrisa plantada en su rostro.

-Sí. -respondí al voltear a verlo, sonreí involuntariamente, lo vi acercarse a mí. -Solo observaba mi cabello, es un desastre. -volví mi vista al espejo, notando que había amanecido realmente despeinada. Que gran noche.

-Te ves gloriosa. -llegó a mi lado y paso su mano detrás de mi espalda.

El estar en sus brazos solo provocó que todas mis dudas desaparecieran sin excepción alguna. Un hombre mitad lobo y mitad vampiro no podría ser una mala decisión.

Me gire levemente para besarlo en los labios, dejando de lado mis cuestionamientos existenciales para disfrutar el momento. Paso sus manos por mi cadera y me acerco a él, correspondiendo suavemente. Noté que él sonrío mientras nos besábamos, lo que hizo que imitará su acción.

Mi teléfono empezó a vibrar en algún lado de la habitación.

-Odio ese aparato. -replicó Klaus cuando me encamine a contestar.

-El que uses la palabra "aparato" solo demuestra lo viejo que eres. -vi el celular sobre una mesita auxiliar y lo escuche reír.

-Entonces tienes una inclinación espectacular por las antigüedades. -tome el celular pero voltee a verlo, luego volví la vista al teléfono, al ver quien era se me borró la sonrisa del rostro. -¿Quién es?

Choose Me [Damon] [Klaus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora