Prologo

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El pequeño niño corría lo más rápido que podía por las oscuras calles de Royal Woods. Tenía que correr aun más rápido para escapar de los hombres y mujeres con mascaras de muñecas que lo perseguían. Había sido un idiota al pensar que quedarse en un solo lugar podría ocultarlo. Esas personas casi parecían oler el miedo. Ningún lugar era seguro esa noche.

La Noche de la Purga había iniciado hace sólo diez minutos y Lincoln Loud ya se daba por muerto.

-Hola. –Lincoln habló a la nada mientras corría. –No los vi. Es un poco difícil cuando se corre por su vida. Supongo que se estarán preguntando por que estoy en las calles cuando debería estar oculto en casa con todos los sistemas de seguridad de Lisa activos. –Se rió un poco, pero era más una risa forzada y llena de tristeza. –Es curioso como pueden acabar las cosas. Lo crean o no, todo fue por un estúpido concurso de video.

...

Hace doce horas.

Ya había pasado un mes desde el concurso de video y las hermanas de Lincoln aun no lo perdonaban. Actuaban de manera fría hacia él, lo ignoraban en las comidas, o simplemente lo quitaban del medio con gestos molestos.

-¡Vamos, ya me disculpe miles de veces! Incluso hice un video de disculpas donde me humillaba a mi mismo. Tres veces.

-¡Ya cállate perdedor! –Lynn lo hizo aun lado con su hombro mientras lo ignoraba.

Lincoln se acarició el hombro. Lynn tenía que aprender a controlar su fuerza. O quizás no tuviera que molestarse en hacerlo cuando se trataba de él.

-Lori, tú sabes que no quise-

Lori lo ignoró y continuó hablando con Bobby por teléfono. Así había sido desde ese día.

La indiferencia en una casa tan grande era lo peor para Lincoln. Siempre había pensado que el silencio y un tiempo de paz podrían ser lo mejor que le haya pasado. Pero ahora descubría que era lo contrario. Todas sus hermanas lo trataban en su mayor parte con indiferencia total, ni siquiera Luan se molestaba en hacer un mísero chiste para él.

Estaba solo.

-Por favor chicas. Lo lamento, en serio. –Lincoln lloró. –No me dejen sólo esta noche.

-No sobrevivirás esta noche.

Lincoln saltó en su lugar.

-¡Lucy casi me matas! Pero no importa. Realmente lo siento.

Lucy lo miró con una mirada que Lincoln no podía conocer, ya que siempre tenía el flequillo cubriendo sus ojos. Más de una vez se preguntó como podía ver a través de todo ese pelo. Pero no era momento para pensar en eso.

-Esta es la noche donde la maldad se cubrirá con la carne de los vivos. La noche donde la maldad será purgada. La noche donde la venganza podrá cobrar el precio justo por los pecados y la humillación sufrida. –Habló de tal forma que Lincoln no pudo evitar retroceder. –Esta noche morirás.

Entonces se fue como si nada.

Lincoln se quedó paralizado en su lugar mientras trataba de procesar lo que su pequeña hermana de ocho años acababa de decir. ¿Por qué Lucy tenía que ser tan extraña y lúgubre?

Lincoln tragó saliva mientras terminaba de entender las palabras de Lucy.

Esa noche...

La Noche de la Purga.

Era la noche más temida para los habitantes de Royal Woods. Desde que la Noche de la Purga fue aprobada por los gobiernos hace once años había sido, en consideración de toda la casa, menos Lucy por razones obvias, la peor noche de todas. No ayudó mucho a Lincoln que fuera casi al mismo tiempo que su nacimiento. Era como un recordatorio de lo peor de la humanidad.

La Purga Loud: La noche de LincolnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora