Capítulo Extra; Lisa

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Lori golpeó la puerta con todas sus fuerzas. Ya habían pasado seis días desde la última vez que vio a Lisa, y estaba terriblemente preocupada. Desde aquel día que la había visto en su habitación y había visto... lo que había más allá de los cercados. Aquella verdad que tanto ignoraba cuando se encontraba protegida por todos esos sistemas de seguridad.

Y que su hermanito había experimentado personalmente.

Sólo pensar en Lincoln hacía que aquella sensación pesada en su estomago se acrecentara a ritmos dolorosos. Había noches que se despertaba sólo para correr al baño pensando que iba a vomitar, y terminaba con la boca sobre el inodoro durante diez minutos antes de convencerse de que nada saldría desde su interior.

-Lisa, por favor. –Lori gritó. –Lincoln está en el hospital, parece que su estado es más grave de lo que se creyó al principio. –No les habían dicho más, pero parece que Lincoln había sufrido daños interinos que no fueron detectados hasta que lo trasladaron para efectuarle una tomografía. Sus padres habían estado furiosos ante tal negligencia, pero tratándose de una época del año en donde los hospitales estaban atestados, no se podía esperar que pudieran estar al pendiente de cada persona herida. –Tú eres la genio, necesitamos tú opinión. –Pensó en agregar que ella misma no había estado bien, pero le pareció muy egoísta, y ya era tiempo de dejar de ser egoísta. Había decidido pensar en Lincoln antes que ella misma desde ahora, era algo que tendría que haber hecho desde el principio.

-Lisa, abre. Lincoln te necesita. –Rogó. Se avergonzó un poco al no saber como llegar a su hermana pequeña. –Lincoln siempre sabía como tratar con Lisa. –Lincoln sabía como tratar con todas ella. Siempre había tenido tiempo para todas ellas.

Golpeó una última vez la puerta con la palma de su mano. Pudo sentir el terrible picor que acompañó al ruido recorriendo el pasillo. Seguramente fue su golpe más fuerte y el que más resonó por la casa. Lucy salió parcialmente para ver que había sido eso, pero al ver a Lori parada frente a la puerta de la habitación de Lisa lo había desestimado y había entrado a su cuarto.

Lo mismo pasó con las gemelas, con Lana al menos. Ella salió con desesperación y miró a ambos lados antes de ver a Lori y lanzar un suspiro de alivio. Últimamente parecía estar demasiado estresa, pero dada las circunstancias era normal. Dio un vistazo que casi parecía de miedo a la habitación de Lucy y Lynn y cerró la puerta mientras Lola se acercaba un poco para ver.

Lori escuchó como las gemelas parecían empezar a discutir, pero la pelea se perdió poco a poco.

Las cosas en la casa Loud se estaban poniendo cada vez más pesadas. Tan pesadas como la enorme pila de rocas que tenía en su estomago, y cada día parecía apilarse una mas. Poco a poco. Una piedra al día. Quizás dos, quizás tres. Parecía depender de las cosas que decía o hacía.

Y de haber visto a Lincoln estaba segura que le caería una montaña.

La situación pos-purga y las heridas de Lincoln no habían admitido visitas hasta después de la tomografía, pero al detectar su estado interno lo habían trasladado directamente a cirugía.

No habían sabido nada de él desde entonces.

Lori sitió como otra piedra caía desde su garganta hasta su estomago, poniendo aun más peso, al recordar a Lincoln.

-Al menos me gustaría saber si estás bien Lisa. No quiero perder a otra hermana. –No quería regresar a su habitación sin mirar atrás.

Apoyó su frente contra la puerta con un suspiro. Pese a sentirse como madera, la puerta estaba tan fría como el acero. –Quizás ni siquiera pueda oírme. –Pensó. Era lo más seguro, la habitación de Lisa tenía que ser insonorizada. –Al menos me gustaría saber que sigues con vida, hermanita.

La Purga Loud: La noche de LincolnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora