Capítulo 8* ¿Quién eres?

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Recostado sobre la cama con sábanas grises satinadas me sentía sólo y confundido. Preocupado por el futuro, por el ahora por todo lo que ella significaba y lo había hecho a lo largo de toda mi vida.

Iba descalzo por la habitación intentando buscar una manera de contarle todo sin estropearlo más. Frustrado lance una patada contra el mueble donde había colocado mis fotos familiares y la sábana, ahora en el suelo, las revelaba. Triste me puse a examinarlas. Cada una de ellas, hasta llegar a una guapa morena.

Escuche golpes en la puerta. Y la voz de una leona enfurecida. Compuse mi mejor rostro esperando que fuera ahí por alguna estupidez, o quizá el estúpido era yo por creer que...

Abrí la puerta:

- ¿Qué pasa, Granger? ¿Me extrañabas? - le digo apreciándola. Luce tan sexy con aquel pijama compuesto por un short y una playera vieja de hombre que le queda enorme. No puedo evitar sonreír hasta que mi mirada se posa en lo que lleva en las manos. En una de ellas la nota antigua que deje el día de vuelta a Hogwarts en su libro y en la otra el diario y cartas de... "Romeo".

-Explica esto. - dice furiosa. - ¿A caso soy un maldito experimento? ¿Qué pretendes? ¿Es acaso el juego de "coquetea con Granger y déjala tirada" o qué demonios pasa contigo? - cada palabra que sale de ella es como un puñal en mi corazón. Siento que muero ahí mismo mientras la sangre huye de mi rostro.

Le tomo el brazo lo más delicadamente posible y la empujo dentro en la habitación. Es la hora y me temo que la noche será larga y dolorosa. A penas y siento su lucha por zafarse de mi agarre. Sin soltarla comienzo a encantar la habitación previendo los futuros gritos y llantos...

Suspiro y giro, sin poder soportar más el dolor que he guardado tanto tiempo. Se que se refleja en mi rostro porque veo la duda en sus ojos cuando la encaro por fin. Un suspiro ahogado sale frustrado del fondo de mi ser junto con mis lamentables palabras:

-Lo siento, Hermione. - Siento mi voz quebrarse al pronunciar su nombre, esa duda en ella de nuevo, la suelto sin poder hacer más. Quizá deba dejarla ir.

Pierde el equilibro y al girar hacia la puerta se encuentra con las fotografías de la repisa. Aquellas donde esta ella.

- ¿Qué... Qué...- incapaz de seguir escuchándola, dejo que una solitaria lágrima resbale por mi mejilla. La limpio y alzó la vista hacia ella. Pero esta confundida observando las fotos. - qué......

Se exactamente lo que está viendo. Una foto en medio de la nieve en la que nos miramos a los rostros, frente a la mansión Malfoy. Tomada por mi madre.

La foto que le tome en vacaciones de verano hace dos años. Su cabello oscuro y enmarañado al viento. Ondeando libre y ella tan bella y feliz soñando con un futuro.

Ella se gira lentamente, ha tomado uno de los Marcos de la repisa. Se que es aquella que lo revela todo. Se que es la que lo destruye todo, pero dejo que lo haga.

- ¿Quién eres? - dice al borde de las lágrimas. Rompiendo mí ya destrozado corazón en mil pedazos más. - ¿Quién soy yo?

-Her.... Granger...- no sé cómo empezar. Ni siquiera puedo esperar que me creas. - ¿De verdad quieres saberlo?

- ¿QUÉ SI QUIERO SABERLO? ¿ESTAS JUGANDO? NO TENGO IDEA DE QUE PASA. NO SE QUIEN ERES. Y PEOR AÚN NO SE QUIEN DEMONIOS SOY YO. POR MERLIN, MALFOY. UTILIZA ESAS DOS NEURONAS QUE TE QUEDAN. - grita furiosa y sé que he cometido un error. Asiento lentamente y le indicó que se siente en el sofá de una esquina.

Suspira y se limita a sentarse. Noto su irá y frustración, pero lo que me afecta en verdad es su dolor y tristeza.

Me siento en el extremo más alejado del sillón, intentando dar un espacio, pero me es casi imposible no querer tocarle.

El príncipe de Slytherin & la plebeya de GryffindorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora