°Carecen de razón°(#1)

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''D-duele''

—La dosis— pidió el hombre de bata blanquecina.

''Paren''.

—Aumenten la cantidad diaria.

''Porfav-vor...''

—Terminamos…

[...]

Había dado fin a mis pruebas diarias, esta vez nos insertaban un nuevo químico, siendo este color púrpura, brilloso y llamativo a decir verdad.

Antes de salir, una joven enfermera me obsequió otra asquerosa paleta de sandía, por ser un ''buen chico.''

¿Cuánto más tendré que estar aquí?

¿Seré siempre un conejillo de Indias?

Sinceramente estaba un poco cansado, no sé por qué, pero justo en el momento pensé en todo lo que llevo aquí, todos los líquidos desconocidos puestos en mí, los gritos que aún resuenan en mis oídos, de pequeños, de mi edad o menores.
La edad no era un factor muy variable, los mayores llegábamos a los dieciséis años, los más menores actualmente eran de doce, sin embargo ya de estos años eran muy escasos.

Entré a mi habitación, es amplia, pues la compartó con dos buenos amigos. Salí de mis pensamientos, los recién nombrados entraron.

—Deja de llorar— decía Araki al pelirrosa, quien trataba de eliminar los rastros de sus húmedas y rosadas mejillas.

Más del setenta porciento de los chicos presentes en la instalación sabíamos bien que no servía de nada llorar, y por esto no lo hacíamos, ''ellos no merecen estas lágrimas'', este pensamiento dicho una vez por un agradable chico de cabello morado nos reconfortó a todos, mas los de menores edades aún no lo evitaban, y no los culpábamos, ya que resistir el dolor en silencio es difícil.

Nqrse ya se había calmado, era un chico bastante tranquilo, pero curioso, y tendía a preguntar mucho a Araki, quien respondía gustoso. Después de todo se notaba el cariño que le tenía, redactaba a veces en la ausencia del más pequeño como le gustaba esa vocecita con dulzura aunque ronca, y esa apariencia tan linda. No sé si lo notaba, pero le brillaban los ojos al hablar de él.

[…]

Caminaba sobando mi brazo, sinceramente, odiaba los exámenes de sangre.

En el transcurso de camino a mi habitación, mientras me mareaba por las blancas paredes de esos pasillos que parecían eternos, me alarmé. Escuché los gritos del menor de mis amigos. Corrí, guiándome por ellos, y después de algunas vueltas me topé con un ventanal que mostraba el interior de una pequeña habitación.
Estupefacto, vi la escena. Nqrse intentando quitarse de encima la mujer que apuntaba sus tijeras a él, los dos daban movimientos violentos, y ninguno se detenía.

—¡No quiero!— chilló—. ¡Araki! ¡Mafu!— estaba perdiendo fuerza.

—¡Esto podría ser un estorbo para futuros proyectos!— había comprendido, quería cortar su cabello, también me dio algo de risa su excusa.

''¿Futuros proyectos...en serio?''

¿Porqué los adultos tendían a creer que los menores éramos unos estúpidos? ¿Qué no sabíamos de la situación?
La diferencia de fingir no hacerlo era otra cosa, pero pensar que de verdad crean eso…Era como si ellos fueran los engañados.

Veía que estaba apunto de lograr su objetivo, Nqrse no tenía más impulsos, estaba cansado.

—¡No! ¡Déjelo!— comencé a golpear el ventanal, mi vista se nubló en ese instante.

''Una Pieza Más...''[SoraMafu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora