Todo había sido como un fuerte golpe repentino. Las cosas pasadas seguirían ahí. Siempre, siempre, porque después de todo no me había librado de esas esposas atadas. Sólo mis cadenas se alargaron.
Pasaron unos días, fuimos a preguntar sobre aquella noticia, y nada. Evadían una y otra vez el dar información. Visitamos a la anciana que se encargaba de mi madre, y ella como si nunca hubiera pasado decía no saber nada.
A estas alturas todo caía. La felicidad que construyó Soraru-san estaba desplomándose como una torre de bloques. Las dudas en mi cabeza se volvían un líquido dañino que me ahogaba, que saturaba mis pulmones y yo sin poder hacer nada, hacía movimientos desesperados.—Ayúdame— vi arriba—. Maldita sea, ayúdame...
Era el octavo día luego de lo sucedido, recuerdo como si nada el primero.
Como mi respiración se agitó, con un desagradable ataque de pánico. Por alguna razón la primera cosa que sentí fueron mis alas detrás, intenté despegarlas, escuchando a lo lejos las quejas de mi amante, tocando mis manos, diciendo que todo estaría bien. Y luego, al notar como ese líquido carmesí bajaba de mi espalda, así como las lágrimas de Soraru-san en sus ojos, pude adentrarme de nuevo a mi desafortunado destino.—No te lastimes— el azabache parecía cansado. Y con toda la razón del mundo.
Sólo tomaba mis manos, con gran fuerza, dictando esas palabras.Ahora, yo quisiera saber...¿Qué sucederá?
¿Cómo terminará nuestra historia?
¿Él seguirá a mi lado?
Estoy en un carrusel, precioso. Decorado con los materiales más lujosos, fuertes y seguros, coloreados de rosas, cremas, celestes. Sin embargo cada vez va más rápido, cada vez me sorprendo más, y mis mareos nublan mi vista. Te pierdo, y eso es lo que menos deseo.
Tú, mi pilar... Encuéntrame.[💜]
—¿Eh?
Seguimos buscando, el noveno día algo cansados regresamos a nuestro hogar, no teníamos resultados. Últimamente volvíamos antes ya que Soraru-san enfermó de repente.
Los deseos de caer y pensar que todo era un sueño fueron más pequeños que mi miedo y curiosidad al ver la figura materna de mi pareja frente a la puerta.—Shh, no te hará daño— toma mi mano. Aquella mujer tenía algo, apesar de todo, nunca pude apreciar un rechazo o odio a su hijo.
Nos acercamos. Ella volvió su rostro para mirarnos, no parecía planear nada.
—Deténganse— ordena, no comprendimos—. La noticia, es falsa. Es una trampa.
—¿Eh?— sus palabras se interrumpen por su tos—. ¿Qué dices?
—Creen que tu chico sabe dónde están los otros. Los intentan reunir, después de todo son importantes— sus pies van dando pasos acercándose tanto que la espalda del peliazul se me hace demasiado pequeña para esconder mi ansiedad.
Toma su celular y nos muestra un correo con información relacionada. Nombre de la mujer que pensaba, era mi madre, cuánto pagaron a los medios, como conseguirían su objetivo, y etcétera.
Soraru-san leía la información con rapidez, bajando y bajando lo escrito. Asqueado, furioso.
—¿Por qué?— pregunta.
—Estás empeorando, y tú lo sabes.
No puedo comprenderlo, su conversación de torna confusa. Doy vueltas a sus palabras, pero no logro encontrar su significado.
—Soraru, ya basta— habla firme.
—¿Dónde está de verdad?— ella niega—. ¿Qué?
—Nunca nos hicimos cargo de ella, o su esposo, podrían estar tanto vivos, como muertos.
—¿Por qué no se harían cargo?— intenta retarla, aunque, a la par de ella, nosotros parecíamos sólo adolescentes en una etapa de rebeldía—. Todos los padres podrían informar a las autoridades.
—El mundo es más asqueroso de lo que crees— sus palabras son acompañadas por las brisas, y con ellas se escapan, mas dejan un sello permanente en nuestros cerebros.
No puedo evitarlo. Que la idea de mis encargados se presente, y que en ella un gran signo de interrogación manche mis recuerdos, me llena de desgano, desdicha, y acumula el líquido en mis rubíes, para que se cristalicen, se rompan, y comiencen a sollozar. Él sólo me abraza, intentando protegerme del mundo, como si en él sólo existiera gas tóxico.
—¿Por qué te estoy creyendo?— su agarre se fortalece, yo sólo deseo refugiarme.
—Estás consciente de todo, tú sabes que yo no busqué maldad. Aunque ya es tarde— lo único que hubo fue silencio, tal vez sus expresiones decían algo, sin embargo yo no pude verlas—. Te amo— tiembla, Soraru-san tiembla. Baja su cabeza, y yo logró sentir lo mojado de sus lágrimas.
¿Por qué lloras, cariño?
Mi cobardía no me lo permite, no alzo mi cabeza, no veo sus expresiones. Porque temo, temo por saber que sucederá.
Dime...¿Qué escondes?
[...]
Faltaban unos minutos para las ocho, mi cabeza dolía, al igual que probablemente el brazo de Soraru-san, del cual estaba recostado desde hace unas horas.
—Sabes, sólo espero estén bien...— intento ponerme de pie con respecto al tema. Después de todo me era casi imposible encontrarlos.
Su paradero era tan inexistente, tan poco destacado.
Ya me había calmado, fueron vueltas y vueltas que las ideas daban en mi cabeza, llegando a una conclusión. Aún si era de cobardes y débiles. Si no me rendía no podría conseguir nada.
Porque el tiempo se encargó de arrebatarme la oportunidad desde hace mucho.
[...💜...]
Hola, hola 💜
Un mes, ya matenme ;;;;
¿Siguen aquí? Lo sentimos TnT
Casi de toman medidas desesperadas, pero no pasó, por dicha jejeps.Lo corregiré luego ;;; disculpen si hay horrores.
Yyyyy •∆•)9
Uno, ya casi estamos a finales, quedan...¿Menos de cinco capítulos tal vez? Quiero terminarlo, así que dejaré algunos listos para publicarlos pronto 🐧
Esperamos les haya gustado, gracias por seguir aquí, por esperar, leer, muchas gracias y disculpen •×•)|||
Voten, comenten 🍭💜🐾Me despido🐾
🐧Nn🌟
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''Una Pieza Más...''[SoraMafu]
FanficSiendo libre encontró un soporte que le mimó. Topándose dos veces con diferentes cielos nocturnos, los dos tan bellos. ¿Sonrió? (Colaboración con @JimeStar2106)