°Colores vivos y dulces escenas°(#15)

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Las semanas se hacían rápidas combinadas con gustosos días. El tiempo suele volar cuando menos nos conviene.

¿Adónde vamos hoy?

¿Debes ir a algún lado?

¿Cuánto me amas?

Preguntas así se ponían a flote. Destacaban entre todas.

—Tus ojos son como rubíes.

—Y los tuyos como bellos zafiros— tomé su rostro con delicadeza, como si fuera un fino cristal—. Soraru-san es el mejor~— me acerqué más y di un leve beso a su frente.

—Que encantador— se encargaba de acariciar mi cabello.

¿Cuándo pensé llegar a ser así de feliz?

Siendo sincero, tal vez nunca.

[…]

—Termino de ajustar estas tuercas y…— escuché el sonido de aquellas con un leve jalón de mi espalda—. Intenta moverlas.

Obedecí su orden, hago aquel intento y me siento impresionado.

—¡Es como si fueran parte de mí!— mis ojos deben estar brillosos, Soraru me mira con orgullo y algo presumido—. ¡Eres genial!

—Aún faltan unos pequeños ajustes, así no serán incómodas aunque luego se estropeen por algún golpe— sonrió.

Yo no te merezco, pero seré egoísta, y no dejaré que te vayas de mi lado, aún si podrías encontrar otra persona mejor que yo. Por eso, perdóname.

—Gracias…

—¡Haré que toques el cielo!— era inusual, diciendo cosas así. Como un niño lleno de sueños.

—Suena como un sueño.

—Que haré realidad— me besó, como siempre, amable. Sin lastimarme o forzarme.

Así se sentía estar enamorado...

Montada dicha escena ambos comenzamos a alistarnos para una cita elaborada por mi amado. Me habló de una clase de carnaval o festival a unos minutos de la ciudad en la que estábamos. Al parecer nunca iba pues solo no tenía mucha gracia, pero aclaró su deseo por ir conmigo.

—Soraru-san, ¿Hace mucho frío afuera?

—Te daré esto— me coloca un gorro de lana azul claro—. Y…— sumó una bufanda vino. Me vio de diferentes ángulos como si apreciara una pintura de algún museo—. Te ves muy lindo~.

Mi rostro se tiñe rosado, sonrió tímido y salimos juntos.

—Nos vemos, Iroha— últimamente mi pequeña a estado con nosotros seguido pero no evito la culpa de dejarla sola, la minina sólo me ve curiosa con sus pequeños ojitos brillosos, mueve levemente la cola, y me duele un poco cortar nuestras miradas al cerrar la puerta.

[💜]

Ya dejando atrás el centro de la ciudad puedo percibir un delicioso aroma a comida, junto con leve escándalo, voces y gritos de niños mezclados, y a lo lejos una área extravagante, humilde e iluminada.

—Ohh~…¿Es ahí?— volteo a ver a Soraru-san, quien toce un poco y asiente—. Se ve muy animado~.

—Lo es— entrelaza su mano con la mía al llegar a la entrada, yo me limito a sonreír apretando el agarre, me invade un sentimiento sumamente reconfortante.

Soraru-san me guía entre la multitud, esquivando golpes y tropezones, logramos llegar a la zona menos saturada, donde hay algunos puestos de comida que para ser sincero su aroma me hace la boca agua.

''Una Pieza Más...''[SoraMafu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora