°El pequeño mundo°(#8)

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Eran cerca de las tres de la tarde, hoy había tratado con una pequeñita flor que estaba marchitándose en el campo. Intenté ayudarla, mas mis manos no le fueron de mucho para su salvación. Su ubicación y el clima de la temporada no le eran favorables, se podía ver que necesitaba más sol, estando en medio de la sombra de un gran árbol.

-Perdóname...Están contra ti- le hablé, tocando sus pétalos.

Respiré hondo, sintiendo las corrientes removiendo mi cabellera albina, y mis pulmones llenándose del aire puro que no entró en años anteriores. Las alas que brotaban de mi espalda no parecían moverse tanto por las corrientes, el choque de piezas provocaba un muy leve ruidito, que si bien no son de mi agrado, no me estaban molestando.

Comenzaron a sonar pasos, delatados por las hojas secas y el césped del camino. Por alguna razón podía sentir cuando era él, su aura era un tanto singular y pacífica.

-¿Mafumafu?- me llamó al llegar, volteo a ver sus aburridos zafiros posados en mí- ¿Qué haces?

-Estaba tratando a esta pequeña...Pero ya estaba muy mal- suspiré entristecido.

-Por lo menos lo intentaste- caminó hasta donde estaba y rodeó mis hombros con su delgado brazo.

-¿Porque tienes ese bolso?- vi aquel objeto en su espalda, no parecía muy lleno.

-Debo de ir a clases- como suele pasar escasamente, me respondió.

-¿Eh?- desde mi tiempo con el azabache había estado ignorando su situación educativa, alguna vez dudas relacionadas me pasaban por la cabeza, pero no le daba muchísima importancia.

-Aún no e alimentado a Iroha, cuando regreses hazlo- me informó y se dio la vuelta para marcharse.

Por alguna razón el ver su espalda me hizo entristecer, Soraru se comportaba de manera amigable, pero de alguna manera parecía solitario, o lleno de sentimientos y recuerdos de una azulada tristeza. No sé mucho sobre él, no es de hablar mucho además de que no suele contestar a mis preguntas muy seguido, era algo misterioso, sin embargo también un gran compañero, pensé que de ser posible quisiera dejar las cosas como estan.

Tal vez esta melancolía era producto de mi poco conocimiento, porque la situación no me permite afirmar su compañía, pero más que tristeza...Me asusta.

[🌌💜🌌]

Regresé para alimentar a Iroha, quién empezó a maullar al verme. Sus curiosos ojitos veía el tazón donde se colocaba su comida.

-Aquí tienes- lo dejé frente suyo y esta inmediatamente comenzó a comer, yo acaricie su pelaje suavemente.

Con cuidado de lo que pudiera estar detrás mío, me puse de pie y estiré un poco, escuchando leves ruidos de mi cuello y espalda, la cual no dolía tanto por el trabajo del ausente peliazul. Los últimos días se encargó de sustituir piezas pesadas como de acero, por algo de aluminio, y ciertamente se sentía más ligero, el esfuerzo era mucho menos.

Uno de los principales problemas era pensar y hacer las piezas de manera en que pudieran funcionar de igual manera. Habíamos intentado quitar una de ellas sin poner reemplazo, pero al hacerlo otras se movieron rápidamente y fueron desordenandose, al mismo tiempo el material dentro de mí se movió violentamente y provocó un fuerte dolor, ninguno de los dos quería arriesgarse a que ocurriera algo peor.

Tenía el presentimiento de que sería un aburrido día, ya había visitado el campo, hoy no debía ayudar en el jardin, no tenía que hacer afuera y Soraru san no estaba. Eché un vistazo al lugar, desde que entré sentí que debía notar algo, pensé por unos minutos y luego pude decifrarlo

''Una Pieza Más...''[SoraMafu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora