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— Es mi última palabra, aunque ya me confirmaste tu decisión; espero que tu abogado se ponga en contacto con Kai, desde hoy en adelante vuelvo a ser Lee TaeMin.

— TaeMin te estás comportando de forma inmadura.—Masculló MinHo con cautela viendo la espalda de su esposo, el cual tras escucharle no dudo en voltearse y hacerle frente.

—¿Inmaduro? ¿YO INMADURO? .—Cuestionó alterado sin poder creer lo que estaba escuchando.— Eres tú el que es incapaz de salir de entre las faldas de tu madre, eres tú el que no tiene los pantalones puestos para comenzar a ver por tu matrimonio, ¡NO ERES MÁS QUE UN COBARDE QUE LE TEME A SU MADRE! .—Tras terminar de recriminarle comenzó a sentir como millones de dagas atravesaban su bajo vientre, eran tan fuertes y agudos que no tardó en encorvarse abrazando su abdomen y chillar del dolor, dejando pasmado a su esposo.

Los gritos de TaeMin alertaron a las enfermeras quienes al notar cómo éste se quejaba y encorvaba del dolor sabían que algo andaba mal, por lo que le pidieron a un preocupado y angustiado moreno que abandonara la sala para controlar los signos vitales del menor, los cuales estaban bastante alterados.

— MinHo, ¿Que sucedió? ¿Que eran esos gritos? .—Preguntó MinSeok al ver la mirada perdida y rostro afligido de su hermano menor.— ¿MinHo...?

—Hey Min, ¿Estás bien? .—Cuestionó Chen tras ver cómo éste parecía estar en un transe.

Los segundos pasaban y el moreno cedió ante los brazos de su cuñado, y contra todo pronóstico comenzó a llorar como alma en pena, maldiciéndose y culpándose por todo lo malo que les había pasado, todos los presentes le observaban con preocupación y miedo, pues nunca habían visto al gran Choi MinHo tan débil y quebrado como en ese momento.

—La cague... había conseguido el perdón de Tae y la cague al no poder darle la espalda a mamá... ¿Cómo podría...? sea como sea ella es mi madre y no...

Y silencio, el sonido de un golpe en seco resonó en toda la habitación, todos los ojos fueron a dar al hermano mayor de los Choi, quien respiraba de forma agitada, sus manos temblaban y su mirada estaba cargada de rabia, cosa que extraña en aquel dulce y risueño castaño, quien lejos de transmitir ternura, en esos momentos solo daba miedo.

— Tú.. ¿¡ Acaso quieres que ella mate a tu bebé así como lo hizo con el mío!? .—Exclamó fuera de si, tomando a su hermano por los hombros para alejarle de su esposo y así zarandearlo como si fuese una marioneta.— MÍRATE! Ella te ha lavado tan bien el cerebro que estás a un ápice de perder a la persona que amas y todo por quien dices es tu madre.

— E-Ella... ella no lo mato fue un accidente... ella no sería capaz de eso.—Intento razonar el menor negando con frenesí, y pues según lo que le había comentado su madre MinSeok había caído por las escaleras tras andar corriendo tras su mascota, mermelada.

Una risa amarga abandonó los labios del mayor, quien veía con resignación a su hermano, jamás había querido contarle aquel terrible suceso que le había alejado de su sueño de ser madre, pues gracias a los golpes recibidos por la caída sus posibilidades de volver a engendrar habían disminuido de forma alarmante.

—MinSeok... ¿Estás seguro? .—Está ves fue Chen quien intervino alejándose de su cuñado para así abrazar a su pareja, el mejor que nadie sabía todo lo que debió sufrir en silencio ante las amenazas de su propia madre.

—Si... no me importa lo que haga, ya no soy el chico de 20 años de ese entonces, ahora sé que tendré el apoyo de mi padre y que tú jamás me dejarás...—Concluyo observando con amor a su pareja para así volver nuevamente toda su atención a MinHo, quien lo miraba sin saber a qué se refería.

Two Mothers.   [2Min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora