Capítulo 9

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  Acomodaba los materiales de deporte en su respectivo lugar. La clase de Educación Física había finalizado y era su turno de organizar lo utilizado, sin mencionar que estaba haciéndolo solo.

  —Te faltó esto, Nagisa.

   Karma tenía en sus manos dos balones más de volleyball. Nagisa los recibió suponiendo que no habría nada más e igualmente que su amigo se iría y lo dejaría continuar con su encargo.

  Lamentablemente no fue así. Sentía su mirada fija con cada mínimo movimiento que hacía, especialmente cuando se agachaba o inclinaba ya que resaltaba su trasero al hacerlo y... ya imaginaran con qué se cruzaba la traviesa mirada del pelirrojo cuando Nagisa hacía ese tipo de poses sin segundas intenciones.

   —¿Podrías irte, Karma? No estás haciendo nada y perderás clases —estaba de espaldas y anhelaba que dejara de mirarlo, se largara y lo dejara en paz de una muy buena vez.

  —No quiero —dijo.

   —Me estás distrayendo —usó como excusa, aunque principalmente era cierto ya que su fija mirada en su cuerpo no lo dejaba en paz y por el contrario, lo hacía sentir nervioso y de cierta forma violado o algo como eso.

   —Tú también me distraes, como ahora.

   Nagisa suspiró haciéndose la idea de que estaba solo y que nadie lo estaba mirando. Funcionó un poco ya que pudo terminar de organizar de forma rápida y segura.

   —Hazte a un lado, iré a clases —le ordenó a Karma hablando seriamente, pero el pelirrojo pareció no haber oído sus palabras—. Karma, déjame salir.

   Precisamente él debía estar bloqueando la entrada con su presencia, así mismo que el paso a Nagisa. Supo que era una evidente mala señal al ver la sonrisa maléfica en los labios del pelirrojo.

  —¡Que me dejes salir, Karma! —lo empujó inútilmente ya que su peso y altura en contra del menor no era demasiada.

   —No lo haré. Quiero probar algo contigo.

  El más bajo frunció su ceño demostrando notable molestia. Suspiró, se cruzó de brazos y le dio la espalda a Karma. No cedería a ninguna de sus peticiones ni por más caliente que él estuviera o que llegara a ponerlo.

  Pero eso solo hizo a Karma aprovechar oportunidad ya que en menos de nada ya estaba restregando su pene en medio de las atribuídas nalgas de Nagisa.

  —¡Karma, no hagas eso!

   Contuvo su voz porque sabía que si seguía hablando dejarían de ser palabras lo que pronunciaría.

  Iba a alejarse, pero Karma lo abrazó y como si de una soga se tratara, también tenía los brazos del peli-celeste apresados entre los suyos. Todo eso por si intentaba huir de su intento de consolación. Se habría sentido más satisfecho si Nagisa hubiera puesto de su voluntad también.

  —Ni pienses que tendré sexo contigo, mucho menos aquí.

  —Entonces lo haremos con ropa.

  —¿Te refieres a eso de hacer el amor con ropa?

  —No, tener sexo con ropa.

   Con sus piernas Karma hizo tropezar a Nagisa y como si lo hubiera previsto demasiado antes, hizo que el peli-celeste cayera con sus manos apoyadas en el suelo y su pecho casi chocando con este, pero sus caderas quedaron elevadas gracias a que sus rodillas les generaban apoyo.

  El pelirrojo inmediatamente colocó sus manos a cada extremo de la cadera de su acompañante. Se arrodilló frente a esta y continuó restregando su miembro en el trasero de Nagisa por encima de la ropa.

  —¿En serio lo harás así? —preguntó el más bajo mientras dejaba su pecho recostado sobre el frío suelo con su rostro —exactamente su mejilla izquierda— también.

   —Claro que sí —respondió con voz ronca. Realmente estaba excitado.

  El pelirrojo imitaba movimientos de penetración y aunque no fueran reales por el hecho de que la ropa estorbaba, Nagisa se daba el lujo de jadear porque a pesar de todo era excitante.

Sí, al final terminó cediendo.

  Había decidido sacar la erección oculta tras sus pantalones y ropa interior, y juntó los glúteos de su
contrario colocando su pene en medio de estos. Se masturbaría con las nalgas de Nagisa.

  —¡Dijiste que era con ropa, tramposo! —fue descubierto por Nagisa, pero nuevamente no le tomó importancia a lo dicho y Nagisa tampoco. Así que el peli-celeste coló una de sus manos bajo su ropa interior masturbando su erecto miembro que había terminado de tal forma por las excitantes acciones de Karma.

  El pelirrojo terminó eyaculando manchando el pantalón de Nagisa con su semen y no tardó demasiado para que Nagisa también se corriera, manchando sus propias prendas también.

   —Karma, mojaste mi pantalón con tu semen... ¡justo donde está mi trasero! Será sospechoso que se vea así ahí.

   —Solo di que no pudiste ir al baño, no te resististe y terminaste orinando en tus pantalones.

   —¡Eso no ayuda!

   —Intentemos limpiar entonces.

   Ambos acomodaron sus prendas respectivamente y se encontraban de pie en busca de alguna solución poco evidente para la notable mancha de semen en el trasero de Nagisa.

   —Creo que tengo toallas de papel en mi bolso —mencionó Nagisa señalando el nombrado y Karma fue a él en busca de lo nombrado. Por suerte sí habían.

  —¿Por qué tienes que limpiarme tú?

   —Porque fue mi culpa.

   —¡Mentiroso, solo quieres tocarme el trasero!

  Karma rodó sus ojos por las tontas conclusiones de Nagisa, aunque no eran del todo tontas porque era cierto del tacto que quería tener hacia las nalgas de Nagisa.

   —Listo —le dio una palmada a uno de sus glúteos al terminar de limpiar.

   —La próxima vez no te dejaré hacerlo en un lugar así, Karma —se dirigió hacia su bolso para ponerlo sobre su hombro. Sentimientos de enojo y arrepentimiento se estaban apoderando de él.

   —Tú no puedes negarte a tener sexo conmigo, Nagisa.

   —¡Cállate y déjame salir!

  Sacó fuerzas y empujó al pelirrojo teniendo el paso libre a la salida del lugar. Se había maldecido a sí mismo por no haber tenido esas mismas fuerzas para deshacerse de Karma desde un principio.

Lovex [KarmaGisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora