Capítulo 12

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       Sugino y Nagisa se hallaban comprando un par de helados en el centro comercial. Aquel sábado el peli-negro le propuso salir juntos ya que sinceramente ambos no tenían nada qué hacer y podrían gastar el rato en compañía viendo cosas que no comprarían a través de los vidrios de los almacenes.

      Degustaban de su helado mientras caminaban animadamente por uno de los pasillos del lugar que los rodeaba de distintos almacenes llenos de diferentes productos. Incluso habían decidido cuál sería su próxima compra si volvían al sitio.
  
     Lamentablemente Nagisa había tenido que contenerse por mostrar interés cuando veía ropa linda de chica ya que su amigo no sabía nada sobre aquel extraño gusto de Nagisa. Aunque cuando tenía oportunidad miraba los productos con todo su encanto.

     —Esto es muy lindo —comentó Nagisa observando unos llaveros de panda en un local de venta de productos mayormente escolares—. ¿Te gustará compartir uno conmigo, Sugino?

      —No lo sé... Se ve muy afeminado, pero si está bien para ti no habrá problema.

      El peli-celeste se sintió algo inseguro con su comentario, pero a pesar de eso compró los llaveros con el poco dinero que traía.

     Continuaron caminando en lo que terminaban su helado. Nagisa sostenía el llavero en su mano desocupada mirándolo detalladamente. Le gustaba sus detalles y claro, la razón por la que lo compró fue por su ternura.

      —¿Ese no es Karma?

     La pregunta de Sugino sacó a Nagisa tan repentinamente de su trance en cuanto al llavero. Lo guardó en su bolsillo volviendo su vista al frente confirmando que el pelirrojo estaba en el lugar y precisamente venía hacia ellos o tal vez a algún destino, pero en el camino debían estar ellos. Aun  así estaba bastante lejos, pero lo suficiente como para saber que era él.

      Sinceramente Nagisa seguía enojado con él y lo que menos quería en esos momentos era cruzarse en su camino. Así que instintivamente tomó la mano de su acompañante entrelazando sus dedos de paso.

      —Vámonos, Sugino.

      —¿Por qué?, ¿no quieres ver a Karma?

      —No es eso —hizo un gran esfuerzo por no hacer notar su nerviosismo, pero las reacciones de su cuerpo lo delataron. Junto al temblor en sus manos y su apuro. Sugino obviamente lo notó.

        —¿Por qué Karma me mira como si quisiera matarme? —preguntó de la nada el peli-negro y era cierto, porque no solo lo miraba a él sino al lazo que había en sus manos—. Esto es divertido.

     Avanzó un poco con Nagisa ocasionando que quedaran mucho más distanciados del pelirrojo.

       —¿Qué haces, Sugino?

       El más alto dio por terminado su bocadillo y lanzó la servilleta en un cesto cercano a ellos. Sorprendentemente tomó a Nagisa por su cadera juntando sus cuerpos por ello.

        —S-Sugino, suéltame —puso su mano libre encima del pecho de su amigo, pero estaba tan avergonzado que no tenía ni fuerzas.

        —En definitiva viene hacia nosotros. Observa cómo nos mira, de verdad quiere matarme —rio como si se tratara de lo más normal del mundo. Lo siguiente que hizo fue poner su nariz junto a la de Nagisa, el último temía porque lo siguiente pudiera ser un beso—. Creo que está celoso de que hayas salido conmigo.

       —Sugino... —intentaba girar su rostro por lo menos, pero el peli-negro hacía que estuvieran en la posición de antes como fuera.

      Realmente quería morir porque solo provocaba aun más a Karma y se notaba por el paso rápido que llevaba en sus pies con dirección a ambos. 

Lovex [KarmaGisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora