Lovex [KarmaGisa]

Capítulo 18

Ella observaba escondida en una de las aulas lo que sería el principio de quizás un sinfín de rechazos más. En serio quería ayudar a Karma a que consiguiera su objetivo con Nagisa, pero ni habían empezado y ya estaba comenzando a verlo casi como imposible, aunque sonara estúpido.

—Nagisa, me preguntaba si querías ir conmigo al cine mañana —lo había tomado por su muñeca Karma, antes de que saliera del campús y lo dejara con la pregunta colgando de la punta de la lengua.

—Lo siento, no puedo —de tal forma, el más bajo se zafó de su agarre y apresuró el paso como si quisiera huir del pelirrojo y del hecho se veía enojado, cuando nada malo había pasado entre ellos. Era demasiado extraño.

La semana siguiente fue igual, Karma volvió a invitar a Nagisa a una salida —al cine de igual forma—, pero tal como la última vez fue rechazado con el pretexto de "No puedo, ya tengo planes". Entonces el pelirrojo sugería más días, incluso en medio de la semana y vaya sorpresa, Nagisa tenía planes veinticuatro siete desde ese día hasta el año dos mil veinticinco.

Karma empezaba a pensar que era su culpa, porque así se lo había hecho ver su amigo. Por suerte habían logrado salir juntos unas cuantas veces antes de que el montón de rechazos llegaran, y sí, habían salido muy seguido. ¿Eso fue lo que le molestó a Nagisa? Porque si así era..., qué tanto problema había si se lo decía. Y no, en ninguna de esas salidas tuvieron sexo, eso en definitiva había acabado.

Incluso estando en la escuela, Nagisa actuaba extraño con él y cuando intentaba hablarle él se alejaba o le hablaba, pero si lo hacía era de forma muy cortante y al final de alguna u otra forma lograba alejar a Karma.

Fue entonces que Kayano empezó a notar esto y luego de haber visto otro rechaz por parte del peli-celeste hacia Karma, que decidió aparecer tras aquella escena.

—¿Qué le pasa a Nagisa? —le preguntó Karma al verla acercarse a él.

—La verdad..., no lo sé. No quiero creer que se volvió una prostituta y anda prestando sus servicios todo el día, todos los días a hombres realmente solos y necesitados.

Aunque ella hubiera dicho eso como una broma o alguna forma de hacer reír a Karma para que olvidara lo sucedido recientemente, el pelirrojo abrió sus ojos con sorpresa llegando a pensar en la horrible posibilidad. La chica notó el horror en él y rápidamente rio.

—Solo bromeo, Nagisa es menor de edad, no puede hacerlo.

—¡Sí puede! Los menores de edad son los más beneficiados y ningún prostíbulo dudaría en recibir a uno.

—Lo digo porque él no me ha dicho nada.

—Pero tampoco te ha dicho por qué se alejó de mí...

Kayano bajó su mirada hacia el suelo pensando en eso. Parecía cierto que Nagisa había empezado a desconfiar de ella.

•••

—¿Ahora qué quieres? —preguntó el peli-celeste con notable desgano y odio hacia su mejor amiga.

—¿En serio tienes tiempo para estar conmigo y no con Karma?

—Ah, conque querías hablar de eso —el chico se levantó del sofá yendo hacia la entrada de la casa de la chica—. Ahora no, Kayano.

Ella lo fulminó con la mirada y con algo de ira, se aproximó hasta él y demostrando aquellos sentimientos negativos lo agarró por el brazo hasta hacerlo sentarse nuevamente frente a ella.