Mi Peor Crimen→Harry Styles.

¿Harry Styles?

Narra Summer:

Lágrimas salían sin control de mis ojos, tomé mis cosas y corrí fuera de ese lugar ahora maldito para mí.  Al no tener coche en el cual ir, el camino se me hizo más largo de lo normal, mi garganta ardía, los pies me dolían y mis ojos estaban nublados por las gotas saladas que todavía se estaban deslizando por mis mejillas. 

Crucé la calle sin mirar antes, no me atropellaron por suerte pero había ocasionado un choque de 2 carros. A lo lejos pude ver las luces de los autos policiales que todavía se hallaban en mi hogar, no me molesté en saludar a nadie ya que, cuando llegué al jardín pude ver a mi hermano, sin vida.

Me tiré al suelo a llorar aún más, sus ojos seguían abiertos, estaba pálido, con un hueco en la parte baja de su pantalón y otro en la cabeza. El césped era de un color rojo fuerte, demasiado debido a las luces que iluminaban el lugar; un oficial intentó apartarme de allí consiguiendo su objetivo, estaba demasiado débil incluso para protestar al respecto.

<<Debiste haberte quedado>> susurraba mi mente una y otra vez, los policías me seguían hablando pero yo era ajena a sus palabras, seguía en estado de shock del que no quería salir para tener que enfrentarme con la realidad.

Una señora de rizos castaños analizaba el cuerpo sin vida de mi hermano, no apartaba mi mirada de ella en ningún momento, yo parecía una masoquista, al ver las cosas que introducía en la boca seca del muerto ponía mala cara, pero no apartaba la mirada.

Finalmente ésta finalizó y se puso de pie, caminó hacia mí y me dijo:

-Tú has de ser su hermana, como puedes ver fue asesinado brutalmente; 2 balazos: uno en la cabeza y otro en su parte baja. Lo llevaremos a la morgue para una autopsia que determinará el resto del diagnóstico.- Y luego se alejó sin más junto con los oficiales que me aclararon que, para mañana, debía estar en su oficina para dar una declaración sobre el lugar en el que me hallaba durante el asesinato, la hora de mi salida y el por qué.

Entré a mi casa, es extraño, ahora la veo más vacía de lo que lo hacía antes. Mis padres no vivían más aquí, solo era yo con mi hermano, pero ahora no le veía el sentido. Recordé las últimas palabras que me había dicho: "No quiero que te pase algo por una estúpida fiesta"...

Me senté en el sofá con la mente perdida, mi celular comenzó a sonar pero yo lo dejé así, no tenía ánimos de hablar con alguien, mi mirada ahora se hallaba en la fotografía de nosotros dos sobre la chimenea, es gracioso porque, mientras la observaba, en mi cabeza se reproducían canciones de películas tristes, junto a los momentos que pasamos los dos.

Volví a levantarme y subí las escaleras para entrar en su habitación; paredes blancas junto a cuadros que él pintaba con acuarelas. Casi todas eran de una chica rubia y ojos azules, digo casi porque las demás eran de mí. Nunca me interesé sobre si tenía una relación con alguien, me parecía absurdo que me metiera en su vida, como me arrepiento de eso.

Me senté en su cama de sabanas también blancas con detalles en negro, era como estar sentada en su pecho. <<Vuelve>> me repetía una y otra vez en la cabeza, como si eso fuera a funcionar. Oí el timbre de la casa sonar pero, al igual que mi teléfono, lo dejé sonar y salí de la casa por la puerta de atrás, otra vez en el jardín.

Me acosté al lado de las cintas amarillas que decían: "evidencia policial", en cierto modo me molestaron porque, son restos de mi hermano, no un proyecto de ciencias; dejé el tema de lado para fijarme en el cielo que, por cierto, me pareció más brillante que de costumbre. Entre todas aquellas estrellas estaba él. Flotando y corriendo como un niño pequeño en la eternidad...

Me desperté con una fuerte jaqueca, me había quedado dormida. Los ojos me ardían más que ayer y mi cuerpo estaba más rígido que una tabla. Los vecinos me veían y susurraban cosas que no logré ni quise entender. Me paré con dificultad para entrar de nuevo a mi casa a asearme para lucir más presentable para los oficiales, debía de estar en el cuartel a las 3 pm y eran las 12.