Sin Salida [SasuNaru]

Capítulo 1

—Silencio… Silencio —susurró Sasuke.

Y todos obedecimos.

Yo me mantenía abrazando a un niño quien escondía su rostro en mi pecho.

Konohamaru, así se llamaba el pequeño, desde que todo empezó muchas personas de distintas edades murieron. Fue una gran catástrofe, una gran pérdida.

Nuestra ciudad había sido invadida por soldados extranjeros, poco y nada de tiempo tuvimos para hacer algo, para reaccionar siquiera.

Todo había empezado con bombardeos, edificios en llamas, estructuras cayendo a pedazos, gente gritando y corriendo sin rumbo.

Nadie se paraba a pensar, nadie se detenía a ayudar, egoístas, buscando salvarse a sí mismos.

Hospitales y escuelas fueron hechos cenizas, solo quedaron padres en shock y bomberos intentando salvar lo insalvable, dándoles falsas esperanzas.

¿Por qué atacaron nuestra ciudad?

¿Cómo saberlo?

Nuestra ciudad es una de las más pacíficas, claro que como en cualquier lugar suelen haber algunos robos y ese tipo de cosas pero nada más allá de eso como asesinatos.

—Todo estará bien —le susurré al niño y Sasuke me miró negando, yo sólo cerré los ojos.

Sabía que era una mentira lo que decía, sabía que era imposible que las cosas mejoren.

Estábamos escondidos entre escombros junto a otras cuatro personas; una mujer de unos treinta años aproximadamente, una pareja de ancianos y una joven pelirroja, luego nosotros tres.

¿Cómo llegamos a esto?

Pues… bien.

La verdad aunque un poco vergonzosa pero que gracias a ella aún estoy vivo y Sasuke también es que me escapé del instituto y Sasuke como "buen amigo" me siguió para hacerme volver, justo en ese momento oímos un sonido extraño y miramos hacia arriba viendo un objeto a toda velocidad acercarse hacia el instituto, luego solo hubo una explosión, una de las tantas que se suscitaron en la ciudad.

Lo primero que pensamos hacer luego del shock inicial fue escapar de las explosiones, del fuego, de la ciudad. Ninguno de los dos tenemos familia, ambos crecimos y nos criamos en un orfanato, allí nos conocimos y de allí nos volvimos con el tiempo amigos.

Solo nos tenemos entre nosotros, no hay nada más que eso.

Abrí mis ojos al oír gritos cercanos de alguien pidiendo ayuda. Sasuke seguía espiando por un hueco hacia afuera y los demás mantenían la cabeza gacha y ojos cerrados.

—Sasuk…

—No digas nada —me silenció.

—Pero…

—Es peligroso salir —me volvió a interrumpir.

Apreté la mandíbula y solo desvíe la mirada.

—¿Puedes encargarte de él por un segundo? —le pregunté en voz baja a la mujer que estaba cerca mío, no quería que Sasuke quien ahora había vuelto su atención hacia el exterior se enterara de lo que estaba a punto de hacer.

La mujer asintió y como pude separé a Konohamaru de mí haciéndole una seña de paso para que guarde silencio. Ya libre me escabullí de la vista de Sasuke y demás logrando salir al peligroso exterior.

Busqué con la mirada a aquella persona que pedía ayuda. Era un joven de nuestra edad o a lo sumo un poco mayor.

—¡Oye! —le grité y levanté una mano moviéndola para llamar su atención.

Sasuke quién estaba escondido junto a los otros largó una maldición al oír la voz de Naruto y voltear no encontrándolo en su lugar.

Sin pensárselo dos veces salió del escondite captando la silueta del rubio no tan lejos de donde él estaba.

—Naruto vuelve en este mismo…

Sasuke palideció al instante al oír un disparo el cual retumbó en sus oídos.

Reaccionó tirándose al suelo y de pasó buscando a Naruto donde se supone estaba de pie hace unos instantes.

No quería alarmarse, no todavía, pero realmente le era imposible al no poder ubicar en donde se encontraba el rubio.

—Naruto —le puso de pie a tropezones cuando por fin lo descubrió de rodillas— ¿Q..que? —las palabras se trabaron en su boca y no pudo soltarlas al ver que frente al rubio un cuerpo yacía inerte.

Naruto temblaba observando la sangre en sus manos.

—¡¿Es tuya?! —preguntó enseguida Sasuke acuclillandose a su lado al notar aquel detalle— ¡Responde maldita sea! —le tomó de los hombros y Naruto sin despegar la vista de sus manos negó.

—Y..yo quise ayudarle —su voz temblorosa alertó al azabache, el rubio quería llorar y eso no era posible, no ahora, no en ese lugar.

—Levántate —Sasuke ya se había enderezado y le tendía la mano—, es peligroso que estemos aquí.

Un solo disparo se había oído, ¿quién había sido?

No lo sabía, bien podrían ser soldados buscando sobrevivientes para deshacerse de estos o tomarlos de rehén por lo cual pronto podrían encontrarlos.

Naruto tomó su mano y Sasuke lo arrastró con él queriendo llegar al escondite.

No tuvieron tiempo de siquiera exclamar cuando una nueva explosión les hizo volar por los aires separándolos y dejándolos inconscientes.

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