Sin Salida [SasuNaru]

Capítulo 4

—Entren a mi humilde hogar, puedes dejarlo en mi habitación —le dijo a Sasuke antes de que este intentara dejar al rubio en el sillón.

—¿Dónde está?

Sai lo guió luego de cerrar y asegurar la puerta. Sasuke dejó al rubio sobre la cama.

—¿Tienes agua?

—Claro, ahí te traigo —desapareció de la habitación a toda prisa yendo a buscar lo pedido.

Sasuke se sentó en la cama y acarició los cabellos rubios.

—Pronto te pondrás mejor, te lo aseguro —Sai quien ya había vuelto miró extraño aquella muestra de afecto.

—Aquí tienes —le tendió una botella de agua al entrar en la habitación— ¡Hey! despacio ¿Quieres matar a tu "no" novio acaso? —preguntó Sai al ver que el azabache torpemente le dió agua al rubio y este se atragantó cuando recibió una gran cantidad en su boca.

—Es mi amigo, no mi novio o lo que sea que pienses —aseguró Sasuke antes de escuchar otra vez alguna estupidez que al pálido se le ocurra decir.

Sai tomó una de las manos del rubio y miró la "venda" que cubría su brazo.

—Tienes razón.

—¿A qué te refieres?

—En que a tu amigo no lo haya atacado uno de esos locos.

—¿Por qué lo dices? —preguntó con interés Sasuke.

—Porque de lo contrario tu amigo ya sería uno de ellos —aseguró.

—¿Uno de ellos como?

—Cuando empezaron a bombardear la ciudad atacaron puntos específicos; centros de salud, laboratorios y centros de estudios.

—¿Cómo sabes eso?

—Los medios de comunicación fueron los siguientes, pero antes de que estos fueran eliminados tuvieron tiempo de avisar a la población —informó—. Pero hay algo más… Esto no se trataba solo de un simple ataque, ellos querían cubrir algo, lo que realmente planeaban.

—¿Y qué era eso?

—Un virus —dijo con voz despectiva—. Lo noté, pude ver como solo afectaba a algunos mientras el resto seguía intacto… —puso expresión pensativa— No soy científico ni nada por el estilo, pero creo que tal vez solo afecta según alguna diferencia que tengamos, pensé en edad pero al descubrirme siendo atacado por una niña pequeña lo descarte, tampoco tiene que ver con la raza, podría ser algo con el tipo de sangre o cantidad de antivirus que produzca el sistema de cada uno.

Sasuke escuchaba atentamente las palabras del pelinegro mientras Naruto intentaba concentrarse en lo que este decía.

—Ellos se vuelven locos, como los soldados que vieron, son peligrosos, si uno de ellos te muerde te volverás uno más.

—¿Cuál es el sentido de todo esto? —preguntó Sasuke apretando los dientes— ¿Qué ganan con ello?

—Creo que intentan probar que es más destructivo, explosivos o virus y nuestra ciudad sacó la lotería, ¿Sabes porque se considera la más pacífica?

—Porque hay un bajo índice en robos y secuestros además de un 0% en delitos con víctimas fatales.

—Exacto, pero ese no es el asunto aquí, la comunicación, eso es lo que produce esto, nuestra ciudad es una ciudad cerrada, gracias a ello no se deja entrar fácilmente a gente de otras ciudades y pueblos, es una ciudad que controla a cada uno de sus habitantes por lo cual eso permite que no solo tengamos seguridad sino también tranquilidad.

—Seguro —dijo irónico el azabache.

—Claro que eso no es algo que nos haya protegido del país vecino, estamos muy cerca de la frontera y al no ser tan sociables con nuestra propia gente y mantener una comunicación adecuada ahora estamos por nuestra propia cuenta, igualmente no creo que se haya podido alertar a las otras ciudades del suceso y de ser lo contrario no creo que fuese como si les importase en lo más mínimo.

—Creo que voy a dormir —dijo Sasuke sintiéndose agotado por todo lo sucedido y por la nueva información que recibía.

—Es lo mejor, tu amigo ya lo hizo —apuntó al rubio quien estaba con los ojos cerrados— ¿Quieres que le limpie las heridas y le ponga unas vendas de verdad?

—¿Tienes botiquín? —preguntó el azabache sin responder a su pregunta.

—Claro, entonces…

—¿Me lo traes? —pidió— Deja que yo me encargaré.

Sai asintió y se dirigió hacia el baño que era en donde se encontraba el botiquín, lo tomó y volvió con este a la habitación.

—Toma, yo me iré a dormir al sillón, tú puedes quedarte con él, si necesitas algo más solo llámame.

—Gracias —no era una palabra que Sasuke utilizara muy a menudo pero en este preciso instante creyó necesario utilizarla.

—No es nada —sonrió Sai ya en la puerta—, que descansen.

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