Capítulo 13

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No fue necesario darle explicaciones al rubio ya que este solo pudo pronunciar aquellas palabras antes de volver a caer en la inconsciencia.

Lo consideraba una carga valiosa por eso aunque le pesaba tener que llevarlo así no lo abandonaría por nada del mundo y menos dejaría que se lo arrebaten, era su pase para salir de la ciudad.

Había tenido inconvenientes en cierto momento al cruzarse con no uno, sino cinco infectados.

Se las tuvo que arreglar para soltar al rubio y defenderse.

Buen golpe que seguro se habría dado Naruto al ser arrojado al suelo, lo bueno según Sai era que el rubio no lo había sentido o por lo menos no lo sentiría hasta despertar.

Fue un problema deshacerse de los cinco teniendo que protegerse no sólo a sí mismo sino también a Naruto.

Por un momento pensó que tal vez haber dejado a Sasuke encerrado en el baño no había sido tan buena idea, podría haberlo convencido de ir con él sin necesidad de decirle que tal vez su amigo termine siendo utilizado como conejillo de indias gracias a que había la posibilidad de que sea inmune al virus.

Pero lo hecho, hecho estaba y no había vuelta atrás.

Ahora mismo se encontraba en una tienda a la que había tenido que hacer una parada ya que Naruto había comenzado a murmurar cosas inentendibles aún estando inconsciente.

Chequeandolo notó que este tenía fiebre, por lo cuál comenzó a buscar entre las cosas que habían en la tienda intentando dar con medicamentos.

Se dirigió hacia donde estaba la caja y comenzó a arrojar cosas mientras buscaba lo que necesitaba.

—¡Maldición algo tiene que haber! —Sabía que en tiendas de alimentos, como en almacenes y kioscos estaba prohibida la venta de medicamentos pero algunos comerciantes igualmente los vendían.

Sonrió cuando encontró algo, no era lo que buscaba pero podría servir.

De camino hacia donde dejó recostado al rubio tomó una botella de agua de una de las estanterías.

—Aquí tienes —se arrodilló a su lado y le colocó la pastilla entre los labios y la empujó dentro de su boca luego abriendo la botella hizo pasar agua de a poco para no hacer que se atragante.

A medida que iba pasando la hora Sai no se quedaba quieto, aprovechó para trabar la puerta de la tienda y de paso recorrer esta para tomar lo que podría servirle para lo que le restaba de camino hacia la salida de la ciudad que desde su ubicación no era poco.

Con una mochila que encontró en la tienda volvió a donde el rubio se arrodilló a su lado y apoyó la palma de su mano en su frente. Sonrió satisfecho cuando descubrió que la temperatura había vuelto a su normalidad.

Pronto la noche cayó y con ella trajo el frío.

Sai notó que el rubio temblaba en su lugar por lo cuál se sacó la camisa camuflada que llevaba y con esta lo tapó.








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Sin Salida [SasuNaru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora