Sin Salida [SasuNaru]

Capítulo 17

Aunque no parezca Sasuke en su niñez fue un chiquillo temperamental.
Desde que fue abandonado por sus padres en aquel orfanato no quería acercarse a nadie. No le gustaba socializar pero era muy bueno peleando. Esa era tal vez su manera de alejar a los demás y lo logró.

Pero no por mucho. Naruto, un niño que desde siempre estuvo ahí —ya que lo abandonaron ni bien nació— no se inmutó por aquel comportamiento, es más hasta se podría decir que eso es lo que llamó la atención de él.

Así que un día se acercó y le habló, obviamente también fue rechazado pero a pesar de todo siguió insistiendo hasta que se ganó la amistad tan deseada. Lo que logró que Sasuke ya no fuese tan temperamental ni arisco con los demás ya que había alguien quien podía bajarle los humos.

Pero en este momento él no estaba ahí.

—Él está… Atrapado. —dijo Sai, por primera vez temiendo por su vida ya que la expresión en el rostro del Uchiha era más que perturbadora. Él no estaba enojado, estaba furioso.

Tal vez haberle dicho a sus hombres que retrocedieran no fue una buena idea, pero al menos estaban vivos, la mayoría.

Ahora estaban encerrados en una casa que quedaba cerca de los límites de la ciudad. Habían llegado hasta allí con sus vehículos blindados.

Era la única casa que vieron. Tal vez unos cuantos quilómetros más adelante habría otra pero no tenían el ánimo de ver.

No por el momento.

—¿Que haremos ahora? —Preguntó un soldado al peligris quien miraba por la ventana el exterior, el campo con malezas y algún que otro árbol rodeando el lugar.

—No podemos volver —dijo sin voltear.

—Explíquese por favor —pidió el soldado temiendo la respuesta.

—No podemos volver a los límites y tampoco a casa.

Ante aquellas palabras todos los presentes prestaron atención, algunos quejándose y otros lamentándose.

—Pero tenemos familia —habló el mismo soldado que había hecho la pregunta crucial.

—Lo sé. Pero hemos desobedecido una orden… —un soldado se puso de pie y quiso interrumpir pero el peligris levantó una mano en señal de que guarde silencio— Por eso estamos vivos —recalcó—. Ahora bien, yo dí la orden así que no deberían de tomar represalias contra ustedes, pero de quién estamos hablando es Danzo ¿Ustedes creen acaso que él no tomará cartas en el asunto?

Un silencio sepulcral se hizo presente y el peligris miró a todos y cada uno de sus soldados. La mayoría eran jóvenes, no pasarían de los veinti y algo.

Muchos de ellos tendrían a sus padres, hermanos, amigos y pareja esperándolos.

Suspiró.

—Más allá de todo la decisión esta en ustedes. Yo no me interpondre en su camino. Si están dispuestos a enfrentar las consecuencias solo para volver a ver a sus familias allí esta la puerta. Solo una cosa les pediré. Cuidense.

Luego de que oyeron sus palabras varios comenzaron a preparase para irse.

Dos horas más tarde solo quedaban unos pocos que se podían contar con los dedos de las manos. Esto llamó la atención del peliplata por lo cual se acercó al pequeño grupo.

—¿Y ustedes por qué no se han ido? —preguntó con curiosidad.

—No es como si tuviésemos a donde ir —le respondió uno de ellos de manera despreocupada.

—Es verdad. A diferencia de los demás nadie espera por nosotros —habló otro alzándose de hombros.

—¿Qué harán entonces? —preguntó tomando asiento.

—Seguirlo a usted señor. Si no le molesta.

—Por mi esta bien. Pero… No me digan señor que me hacen sentir viejo. Las formalidades ya no importan.

—¿Y como le decimos entonces señor? Disculpa —Se disculpó un rubio sintiéndose tonto ya que hace menos de un minuto el peligris les había pedido que no lo llamen de esa manera.

—Por mi nombre. Solo llamenme Kakashi.

Un golpe lo había mandado al suelo. Luego de contarle al azabache como una horda los acorralo y omitiendo algunas cosas como lo que vio dentro de la tienda este no dudo en acercarse y golpearlo de imprevisto.

—Debería matarte por abandonarlo —dijo entre dientes—, pero necesito ayuda para sacarlo de allí así que pospondre eso para el final y si intentas escapar será peor para ti —amenazó.

—Bien —estaba totalmente de acuerdo en ayudar a sacar al rubio de allí adentro, si es que no era demasiado tarde.

Su plan aún seguía en pie y lo seguiría siendo mientras el rubio estuviese vivo. Sabia que ese era su boleto.

—Tú llamarás la atención de ellos y yo entraré y buscaré a Naruto.

—¿Ese es tu plan? —preguntó como si hubiese escuchado la peor tontería del siglo ganándose una mala mirada por parte de Sasuke.

—Si ¿Algún problema con eso? —cuestionó.

—No, solo que suena tan… simple ¿Y después qué? ¿Y si no todos salen o te encuentras con algo peor allí dentro?

—Improvisamos ¿Y qué podría ser peor que esto?

«Si tan solo supieras… Si hubieses visto lo que yo vi estoy seguro de que no dirías lo mismo… —pensó Sai y luego sonrió.»

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