Sólo un juego.

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Me besó, al comienzo con una lentitud impresionante como si estuviese nerviosa. Pero al pasar los segundos casi que devoraba mis labios, me besaba con mucha intensidad. Succionó mi labio inferior y sonreí al instante. Llevé mis dos manos hacia su rostro y la acerqué más a mí. Sus manos seguían en mi cintura, sin dar movimiento alguno. Solo signficaba una cosa: Se sentía insegura. Y como claramente no tenía experiencia alguna, no sabía qué hacer ni cómo tocar. Eso me deprimía un poco.

—Bueno. —Me separé. —Creo que sí aprendiste un poco. Aunque no todo.

Me alejé un poco, lo suficiente para mirarla a los ojos.

Sus ojos miel me miraban con infinito deseo y eso me gustaba.

—No soy tan buena como tú. —Dijo tímidamente.

—No pasa nada, para eso te estoy enseñando. —Sonreí.

Ella me devolvió la sonrisa y yo llevé una de mis manos hacia uno de sus castaños mechones, acaricié su cabello y mordí mi labio inferior a propósito. La miré y vi que miraba fijamente mis labios, seguramente quería otro beso.

—¿Tus padres saben que ibas a salir conmigo? —Pregunté.

—Sí, se los dije. —Asintió.

—Entonces ya no podré hacer lo que tenía planeado.

Ella me miró confusa.

—¿Qué era? —Preguntó.

Me acerce a su oído y respiré allí. Sentí que sus manos apretaron mi cintura en respuesta.

—Dejarte una marca en el cuello. —Susurré sensualmente.

Me aleje y la miré. Sólo había algo en sus ojos: Deseo y lujuria.

—Yo... —La interrumpí.

—¿Luego dejas que te lo haga? —Pregunté inocente.

—Todos los que quieras. —Dijo sin dudarlo ni un solo instante.

Le sonreí y me acerqué un poco. Ella cerró sus ojos y entreabrió sus labios. Se me hizo graciosos, definitivamente le gustaban mis besos. Pero aún así no pensaba darle una noche de pasión o de besos apasiobados. No, una pizza y un auto lujoso era muy poco como para andarme besando con una nerd toda la noche. Así que le di un beso en la mejilla y me bajé de sus piernas. Me reacomodé en el asiento del auto, peine mi cabello con mis uñas y la miré.

—¿Te gustó la pizza? —Preguntó.

—Sí, mucho. —Sonreí. —Gracias.

—¿Quieres algo más?

—No. —Negué con la cabeza.

—Bien entonces me pasaré de asiento para que volvamos a casa.

—Espera. —La tomé del brazo.

Ella me miró.

Me acerqué y le di un pequeño beso en la comisura de sus labios. Ella sonrió animada.

—Tus besos han sido lo mejor de esta noche. —Dijo nerviosa.

Yo le volví a sonreír y ella se levantó un poco para poder pasar a su asientos. Levanté la mano y le di una nalgada. Se me hacía divertido hacerle esas cosas a ella. Por fin se acomodó en su asiento, prendió el auto y me miró por el retrovisor mientras reía.

Abrí la ventana para poder sentir el viento rozándome el rostro. Me hacía relajar y sentir serena por unos segundos. Las calles estaban despejadas así que llegamos más rápido de lo que esperaba. Calle bajó del auto, abrió mi puerta y me acompañó hasta la entrada de mi casa.

ENAMORADA DE MI VECINA [CACHÉ ADAPTATION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora