Masaje.

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—¿A dónde quieres que vayamos? —Le pregunté sonriendo.

—A donde tú quieras. —Me dijo sin pensarlo.

¿Así que la nerd tenía dinero para llevarme a donde yo quisiera?, Omg, esto se ponía bueno.

—A un restaurante que tenga una linda vista. ¿Sí? El viernes, a las ocho.

—Por supuesto. —Sonrió. —¿Es una cita? —Pregunto nerviosa.

—Sí, Calle. —Volví a sonreírle.

—Genial, es fantástico. —Dijo contenta, muy contenta.

La campana sonó.

—Tenemos que volver a clases.

Daniela se levantó, me miró, me estiró la mano y me ayudó a levantarme. Quedamos muy cerca.

—Gracias. —Le dije.

—No es nada. —Dijo mirándome a los ojos.

Me alejé un poco, estar tan cerca de ella no era tan bueno.

Caminamos nuevamente hasta el aula, Daniela en acompañó a mi salón de clases.

—Perdona que no di el recorrido, no alcanzamos, el recreo es corto.

—Eso no importa, puedes dármelo mañana, ¿No?

—Claro que sí, mañana o cuando quieras. —Dijo tímidamente.

—Gracias, creo... Creo que nos vemos en casa. —Me acerqué, besé su mejilla y entré en el salón de clases.

┉┅━ ♡ ━┅┉

Valentina y yo entramos a casa. Dios, estaba súper cansada, por fin habíamos llegado. Entré a mi habitación y me encontré con mi papá sentado en mi cama.

—¿Qué pasa, papá? —Pregunté.

—No quiero que sigas bajando de calificaciones, y mucho menos en este colegio. Estoy cansado de conseguirte profesores y no hagas nada, hoy me llamaron del colegio y me dijeron que estuviste muy conversadora en la clase, y si éste es tu primer día no quiero saber cómo serán los siguientes. Quiero que te pongas las pilas bien puestas y ganes el año escolar, podemos recuperarlo, apenas vamos a mitad de año. Tienes que esforzarte.

—Papá, hago lo que puedo.

—No, no es así, María José. Está vez no voy a ser tan piadoso contigo y Valentina, si no quieren estudiar... pues tendré que quitarles todos los privilegios que tienen y tampoco podrán salir a fiestas ni nada por el estilo.

—Papá, ¿No crees que está siendo muy drástico? —Pregunté sin poderlo creer.

—Es lo que se merecen. —Salió de la habitación.

Maldita sea, yo sabía perfectamente que mi papá no sé andaba con estupideces, si lo advertía era porque en realidad estaba pensando en hacerlo. No podía quedarme sin mis fiestas y mucho menos cuando era nueva en una ciudad. ¡NO! Tenía que hacer algo para obtener mejores calificaciones en el colegio... y sabía perfectamente cómo hacerlo.

Me cambié de ropa, me puse unos shorts negros con una camisa rosada de flores. Bajé al primer piso donde estaba Valentina hablando por teléfono, era típico de Vale. Caminé hasta la cocina, allí estaba mi padre quien me miraba asesinamente, ¿porque no me deja vivir en paz?

—¿Qué hay de almuerzo? —Pregunté.

—Arroz, papas fritas, carne y una rodaja de pan. —Dijo mi papá.

Oh Dios, otra vez preparó cosas que tienen alto contenido de calorías esas cosas, no me convienen, como dice mi tía Gaby. Tomé un botellón y serví agua.

—Voy a conocer un poco. —Le dije a mi papá.

—¿No vas a almorzar? —Preguntó.

—Cuando vuelva. —Sonreí falsamente.

Salí de la cocina y de la casa. Dios, me hacía bien estar lejos de mi padre. Y bueno... creo que tener a la Nerd de "Amiga" no era una mala idea, ella me podía ayudar con mis calificaciones. Digamos que me podían dar una pequeña ayudita.

Caminé hasta la casa de la nerd y toqué el timbre. Su mamá Mafe me abrió.

—Majo. ¿Cómo éstas? —Sonrío.

—Muy bien, gracias señora. —Sonreí. —Mmmm, me preguntaba si Daniela está en casa.

—¿Calle? Claro, está en su habitación. Acaba de llegar del colegio, unas chicas le han hecho una maldad, no tienen corazón.

—¿Qué le hicieron? —Pregunté.

—La empujaron, tiene una gran herida en su pierna. No sé qué es lo que les hace mi bebé de malo para que la traten así.

—Oh Dios. —Negué con la cabeza. —¿Puedo pasar a verla?

—Claro. —Sonrío.

Entré a la casa y subimos las escaleras, caminamos por un largo corredor y entonces entramos a una habitación... la habitación de Daniela.

—Calle, mira quién está aquí. —Dijo Mafe.

Daniela levanto la mirada y entonces me vio, pude notar como se puso de nerviosa al instante de verme.

—Majo. —Dijo Daniela.

Caminé hacia ella, Dios, había una gran raspadura en su rodilla. Tenía bastante sangre, ¡Que dolor!

—Oh, Daniela. ¿Quién te hizo esto? —Pregunté confundida.

—Unas... unas chicas del colegio, pero no tiene importancia, ellas son así.

—No puedes dejar que te hagan eso. —Dije.

Tendré que ir por un desinfectante, vuelvo en unos minutos. —Dijo Mafe y salió de la habitación.

Oh, si... estaba sola con Daniela...

—¿Te duele mucho? —Me senté en el suelo, ella estaba sentada en una silla.

—Sólo un poco... ¿Quieres sentarte en esta silla? —Pregunto.

—No. —Llevé mi mano hasta su pierna y toque alrededor de la herida.

Daniela tragó saliva. Dios, ¿Qué era lo que la ponía tan nerviosa?

—Creo que si hago un masaje... se te puede mermar el dolor un poco. —Dije tocando su pierna.

Daniela me miraba, no era capaz de decir una sola palabra. Dios, esto me parecía muy divertido. Comencé a hacer un leve masaje en su pierna, cada vez subía más y más. Daniela no quitaba sus ojos avellana de mí, me miraba nerviosa. Subí un poco mi mano, hasta estar muy cerca de su entrepierna. La miré coquetamente a sus ojos, su respiración estaba agitada.

—¿Te sigue doliendo mucho? —Pregunté sin dejar de masajear su muslo.

—Un... un poco. —Dijo nerviosa.

Mire su entrepierna, mi mano estaba a unos centímetros de ella, estaba tan cerca.

—¿Hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor? —Pregunté inocente.

ENAMORADA DE MI VECINA [CACHÉ ADAPTATION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora