No jodas.

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Narra Calle:

—No jodas, Street. —Dijo Kim sorprendida.

—Yo tampoco lo puedo creer, Kim. —Dije.

Estaba recostada en mi cama, mientras le contaba a Kim lo que había pasado unas horas antes en el auto de papá, jamás había sentido algo tan placentero en toda mi vida.

—¿Qué paso después de eso?

—Nada, se bajó del auto, y se fue para su casa.

—Si serás idiota.

—¿Qué? —Pregunté confundida.

—Bueno, ¿la dejaste bajar y listo? Hubieras podido hacerlo más interesante. Con decirte que hasta hubieras perdido tu virginidad ahí.

—Kim, yo no soy una aprovechada.

—Yo no soy una aprovechada. —Hizo su imitación de mi.

—No te llame para esto. —Dije molesta.

—¿En que quedaron? ¿La invitaste a salir nuevamente?

—Sí, esta noche. Pero no me dijo nada, solo me dijo que la llamará.

—¿La llamaste?

—No.

—Eso imaginé.

Las dos nos quedamos en silencio.

—¡Tienes que llamarla, mujer! —Exclamó.

—¿Tú crees?

—Oh Dios, dame paciencia.

—La llamaré. —Dije.

—Hazlo. —Colgó.

Me daba mucha vergüenza llamarla, ¿Y si tal vez estaba ocupada? ¿Y si estaba haciendo algo importante? ¿Qué tal que la interrumpía?

Estaba nerviosa, muy nerviosa.

Me levanté de la cama, y me asomé por la ventana, pero su cortina estaba cerrada. Maldita sea, ¿por qué tenía que cerrar la cortina siempre?

Miré el teléfono por unos segundos, lo prendía, y lo apagaba, lo prendía y lo apagaba.

Suspire profundo, y marqué rápidamente su teléfono, el que ya tenía memorizado.

Esperé unos segundos, y cuando estaba apunto de colgar, escuché su suave y sensual voz.

—¿Hola?

—Hola, soy Calle. —Susurre.

—¡Calle! —Noté un poco de emoción en su voz. —Estaba esperando tu llamada.

¿Enserio?

—Oh... Lo siento es que estaba hablando con Kim. —Me disculpé.

—¿Kim? —Preguntó.

—Oh, Kim es una amiga.

—Um, que bien.

—Y-Yo te había invitado a salir en la noche. ¿Lo recuerdas?

—Si.

—¿A dónde quieres ir? Pregunté.

—No lo sé, ¿voy a tu casa, y ahí decidimos?

—Claro. —Sonreí como una tonta.

—Vale, entonces en unos minutos voy. —Susurro.

—Te espero.

Luego escuché que cortó la llamada.

Puse el teléfono a un lado, y fui directo al baño, entré y me miré al espejo. Rayos, siempre vestida como una idiota para ella. Mi pantalón negro, con mi camisa de Justin, y un suéter gris.

ENAMORADA DE MI VECINA [CACHÉ ADAPTATION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora