ENAMORADA DE MI VECINA [CACHÉ ADAPTATION]

La blusa gris.

—Es una estúpida, no comprendo como puede ser tan estúpida e inteligente al mismo tiempo. Enserio, no lo entiendo. —Dije.

Hablaba con Paula por teléfono, mientras miraba fotos en tumblr.

—Tal vez tiene miedo de dejar de verte, ya sabes, puede pensar que una chica como tú no la va a volver a conseguir. —Dijo.

—Umm, creo que enserio creyó que no la había visto. —Aseguré.

—Es una idiota, entonces.

—Es que, nada más imagínalo. Hubiera sido un horror que me hubieran visto saludándola, no voy a caer tan bajo de saludarla en el colegio.

—Y entonces, ¿crees que mi hermano pueda ganar en la competencia?

—Déjame, voy a pensar como hago para desconcentrarla. Sabes que es muy inteligente, así que no va a ser fácil.

—Lo sé. —Suspiró. —¿Quedaron en algo? —Preguntó.

—La invite a mi casa esta noche. —Dije. —En realidad quiero que me haga la tarea. —Agregué.

Paula río a carcajadas.

—¿Está difícil, no?

—Sí, por eso la invité.

—¿Le dijiste para qué era?

—Obvio no. —Reí. —Voy a divertirme un rato con ella. —Volví a reír.

—¿Con quién vas a divertirte? —Velentina entró, interrumpiéndome.

—Contigo, mi amor. —Le tiré un beso.

—Más te vale. —Tomó un suéter, el cual había dejado en mi habitación. —Te veo en la noche.

Cerró la puerta.

—De verdad que Vale y tú están locas, se tratan como un par de novias. —Dijo Paula.

—No le hacemos daño a nadie, y tampoco hacemos nada malo. —Le dije.

—Si yo fuera tú, ya me la hubiera violado, aunque fuera mi hermana.

—Mi hermana es hermosa. Lo sé, pero no la veo de esa manera. —Dije.

—Entonces, ¿quieres divertirte con la nerd? —Exclamó divertida.

—Oh, si... No voy a pasar a mayores, solo es un jueguito.

—Pobre chica. —Se rió.

La noche había llegado, peiné un poco mi cabello, me retoque el brillo labial y organicé un poco la habitación.

Minutos después, escuché el timbre sonar. Salí de mi habitación y bajé rápidamente por las escaleras. Cuando llegue, mi padre estaba saludando a Calle.

—¿Has invitado a Daniela a casa? —Preguntó mi padre mirándome. —Lo digo, porque no creo que vayas a salir así como estás vestida.

Llevaba un short negro apretado, que dejaba mis piernas bronceadas al descubierto y una camisa blanca con mangas negras. Era la ropa que utilizaba para estar en casa.

—La he invitado. —Bajé el último escalón que faltaba, mire a Calle rápidamente.

—Bueno, Daniela. Pasa a la sala. —Dijo mi padre.

Calle entró y él cerró la puerta.

—Papi, en realidad vamos a estar en la habitación. —Dije.

Calle me miró nerviosa.

—¿Por qué? —Exclamó mi padre.

—Calle me va a ayudar con algunas tareas del colegio. —Me acerque a ella. —Me va a dar clases, por así decirlo.