Sentimientos y escapadas.

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«A poem begins as a

lump in the throat,

a sense of wrong,

a homesickness,

a lovesickness.» -Robert Frost.

Catorce de junio.

Kairi lloraba contra el pecho de Dorian.

En ocasiones, Kairi sólo necesitaba llorar. A Dorian le partía el alma verla así, pero ella se necesitaba desahogar.

La bañera estaba llena de agua tibia, y Kairi apoyaba su cabeza en el hombro de Dorian.

Nunca se había dado cuenta de que Dorian tenía varios tatuajes; tres en su brazo derecho y uno en su costado.

"Dorian." susurró Kairi en su oído, lo que hizo que este temblara.

"¿Qué pasa, Kai?"

Ella respiró hondo. "Creo...creo que te quiero."

Él sonrió ampliamente. "Yo también te quiero."

Quince de junio.

Kairi estaba sentada en la barandilla de la azotea del instituto, mirando al vacío y con un cigarro en su mano.

Una lágrima resbaló por su rostro, la cual secó con brusquedad. Dio una larga calada al cigarro, sin apartar su mirada de la gran caída que había desde allí hasta el suelo.

Había pocas cosas seguras en esta vida, pero ella era plenamente consciente de que una cosa sí que lo era; la muerte.

Hemos nacido para morir, como diría la gran Lana del Rey.

Y Kairi sabía que tarde o temprano, tanto ella como la única persona a la que quería en este mundo estarían muertos.

Echó la cabeza hacia atrás y rió. ¿Por qué se preocupaba de esas cosas? La vida es corta y lo que hay que hacer es vivirla al límite.

Tiró el cigarro acabado al vacío y se bajó de la barandilla, dispuesta a comerse el mundo.

Varias horas más tarde.

Kairi conducía su vieja camioneta Chevrolet por una carretera, mientras sonaba el disco The Morning de Lewis Watson.

Dorian iba sentado en el asiento del copiloto, vistiendo una camisa de cuadros roja hasta el codo, una camiseta azul, unos vaqueros desgastados y sus Converse rojas, mientras cantaba Stay.

"When I close my eyes I hear you singing, singing me a song that I'll forget. I always forget."

Kairi dio una calada al cigarro en su mano izquierda y sonrió. Quería a aquel chico.

"Ya hemos llegado." dijo Kairi aparcando al un lado de la carretera.

Ambos se bajaron del coche y cogieron las cosas de la parte trasera de la vieja camioneta burdeos.

Kairi condujo a Dorian entre los árboles hasta que estos desaparecieron y una gran playa se extendió ante ellos.

Había rocas cerca de la orilla y las olas rompían contra ellas. Estaba nublado, pero al ser prácticamente verano, no hacía calor.

Dorian miró a Kairi y sonrió. "Esto es precioso."

Kairi asintió. "Es uno de los sitios más bonitos que he visto hasta ahora."

Kairi caminó hasta la orilla, se quitó sus botas de combate y dejó que el agua rozara sus pies. "Echaba esto de menos."

Dorian avanzó y abrazó por detrás. "Esto es precioso, Kai."

Smoke.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora