Aunque esto sea muy Un Paseo para Recordar.

3.1K 304 44
                                    

We are the reckless, the wild youth.

27 de Junio, 5.47 a.m

"Pasa, chica. Está estable." dijo la grave voz del Doctor.

Kairi, como si alguien hubiera presionado un botón, se puso en pie de un salto. Agarrando con fuerza el borde de la camisa de cuadros que llevaba puesta -que era de Dorian- entró a la habitación, junto con aquel doctor.

Y allí estaba Dorian, con si piel más pálida de lo normal, sus ojos cerrados, con aquella bata de hospital, iluminado por la tenue luz que entraba entre las cortinas.

Kairi sintió como el aire volvía a sus pulmones, como volvía a respirar.

"Los dejaré solos." dijo el doctor, saliendo por la puerta y cerrando tras él.

Kairi se acercó, y cogió la fría mano de Dorian entre las suyas. "Hola, Dorian." susurró.

"¿Kai?" su voz era suave, baja y rota, pero aún seguía hablando, y era lo que importaba.

"Sí." dijo, tragándose sus lágrimas.

"¿Qué me ha pasado?" preguntó.

"Tenías la sangre muy líquida, demasiado. Así que el oxígeno no fluía bien, por lo que te desmayaste." susurró ella, acariciando el cabello castaño de su novio.

"Hm, ¿y voy a tener que estar mucho tiempo aquí?" preguntó, rodeando con sus fríos dedos la muñeca de Kairi, y trazando figuras irregulares por todo su brazo.

"En un par de días, cuando tu sangre adquiera mayor espesor, te darán el alta."

"De acuerdo." murmuró él, mientras se quedaba dormido.

Kairi miró el rostro de su novio, mientras las lágrimas rodaban por su rostro, sabiendo que estaba mal mentirle, pero que era lo que debía hacer.

9.23 a.m.

Kairi estaba parada frente a la máquina de comida, sin saber exactamente qué escoger.

Retorció una vez más el dólar en su mano, preguntándose por qué no había manzanas en las máquinas expendedoras de los hospitales.

"El de queso y bacon está delicioso." dijo una voz ronca, claramente masculina a su lado.

Kairi se giró, para ver a un chico de cabello rubio, piel ligeramente bronceada y ojos color miel, mirándola con una perfecta sonrisa blanca. El chico vestía una camiseta blanca de mangas cortas, unos pantalones grises de chandal e iba descalzo.

"Gracias, pero soy vegetariana." dijo Kairi, decantándose por el sandwich vegetal, a la vez que introducía su dólar en la máquina, y marcaba el número 43 en el teclado plateado.

"¿Vegetariana? Qué gilipollez." dijo el chico, riendo.

"La carne es asesinato." dijo Kairi, a la vez que recogía su sandwich de la parte inferior de la máquina.

"Veo que te gustan The Smiths." murmuró el rubio, marcando el número de unas golosinas de ositos de fruta.

"Pues sí." contestó Kairi, con indiferencia, mientras se sentaba con las piernas cruzadas en el suelo, disfrutando de su primer bocado desde hacía un día.

El chico se sentó junto a ella. "¿Y qué haces aquí?"

"Estoy con mi novio, que está ingresado." dijo con la boca llena. "Leucemia." dijo, contestando a la pregunta que el rubio no había formulado.

"Interesante." dijo él, tragando un puñado de ositos. "Yo estoy aquí por, hm, esquizofrenia aguda." Sonrió.

"No pareces esquizofrénico."

"Sí, lo sé. Me fríen a pastillas." el chico soltó una carcajada. "¿Y cómo te llamas, chica del sandwich vegetal?"

"Kairi Cooper." dijo ella, extendiendo su mano hacia el rubio.

"Dean Tray." dijo él, sacudiendo con energía la mano de la morena. "Un placer, Kairi, pero debo irme, porque, en realidad, me he escapado."

Entonces, Dean se levantó, y desapareció por el pasillo, dejando a Kairi con muchas preguntas.

16.38 p.m.

"¿Kai?" dijo en un susurro la voz de Dorian.

La chica saltó de la butaca junto a la puerta y corrió a la cama, dónde agarró las esqueléticas manos de Dorian. "Sí, estoy aquí."

Dorian se echó hacia un lado, dejando hueco a Kairi. "Súbete."

La chica, como su novio había dicho, se subió, tumbándose junto a él.

"Kai." susurró Dorian, acariciando el cabello de la chica. "Aunque esto sea muy Un Paseo para Recordar, quiero que si muero, sea siendo tu marido."

Bajo los brazos de Dorian, Kairi comenzó a llorar. "No vas a morir, Dorian."

"Pero si lo hago, quiero que sea siendo tu marido." Dorian pegó sus fríos labios a la oreja de Kairi. "Por lo tanto; Kairi Charlenne Cooper, ¿quieres casarte conmigo?"

Kairi, entre lágrimas, sonrió, y se acurrucó contra el pecho de Dorian. "Sí, sí, y sí."

"Me alegro, porque no tenía nada planeado por si me decías que no." susurró él.

Kairi rió. "Eres tonto, Dorian James."

"Y por eso me quieres, Kairi Cooper."

"Touché."

n/a: dos capítulos más, y el epílogo.

Smoke.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora