Problems

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(...)

Aún podía sentir sus suaves labios rozar los míos y su respiración mezclándose con la mía olía a los shot del Table Dance pero por mucho que apestara a ellos estaba segura de que había sólo una pequeña posibilidad de que estuviese igual o incluso hasta igual de sobrio que yo, consciente de mis actos pero mi orgullo me obligaba a mantenerlo en secreto.

Quería besarlo, podía notar en su mirada que él también lo quería pero algo lo frenaba.

—¿Qué sucede?

Sus dedos sostuvieron mi mentón en alto para así poder mirarme mejor

—Créeme, me gustaría hacerlo... —su pulgar acarició mi labio inferior, se relamió los labios—... pero quisiera hacerlo teniendote completamente sobria.

Levanté una ceja divertida

—¿Qué te hace pensar que no lo estoy?

—Para empezar, en todo el tiempo que llevo conociéndote no eres de esas chicas que piden permiso, simplemente lo haces y ya —hizo un amago de sonrisa.

—Si... —mis manos de su nuca se deslizaron hacia sus mejillas—... pero también piensas que soy una maldita malcriada, y yo siempre obtengo todo lo que quiero...

Una de sus comisuras se elevó en su típico intento de sonrisa, dio un par de pasos hacia mi invadiendo asi aún más, mi espacio personal.

—No lo sé, es más divertido hacerlo luego de hacerte rabiar a tal punto de asestarme una patada en mi... —rode los ojos— no me mires así, sabes que tengo razón.

—Entonces... ¿Estás diciendo que te gusta hacerme rabiar?

—Si, porque cada vez que eso sucede arrugas tu nariz y tus mejillas se vuelven rojas —miró mis labios— cada vez que lo haces no puedo evitarlo, simplemente me dan ganas de...

Sus labios se abrieron ligeramente dispuestos a acariciar los míos. Me iba a bes...

«You... i'll tell you what you want, what you really really want, so tell me what you want, what you really really want...🎶»

Ambos suspiramos.

Me saqué el teléfono y le contesté a regañadientes a Klaus

—A menos de que la casa se esté incendiando, no consigan a Chandler o alguno de ustedes haya caido en alguna alcantarilla, esta llamada no tiene nada de sentido, Klaus McAllister

—Pues... digamos que... sólo tal vez... —agudizó su voz, cada vez que lo hacía era porque el resultado iba a terminar molestandome— puede que si es alguna de las anteriores...

Aquellas palabras se sintieron como un balde de agua fría en mi cuerpo.

—¿Qué...Qué quieres decir con éso?

Quiero decir que tenemos aproximadamente cinco horas para conseguir a Chandler antes de que Jefazo llegue de su Convención de cerveza en Shelbyville

(…)

¿Podría apurarse de una maldita vez? —le grité al taxista

—¡Lo hago, señorita! ¡Créame que voy lo más rápido que puedo! —chilló nerviosamente

Loco Y Estúpido Amor || Stuart TwomblyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora