The Date (Parte II)

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Flynn

Ésta mañana Sid había ido de puerta en puerta avisando que se había presentado un error en el itinerario de esta semana y por consiguiente hoy tuvimos un seminario de Ayuda al Cliente toda la jodida mañana y el lunes presentariamos el reto. No tuve una buena noche, no después de lo ocurrido y juro por Dios que había intentado dar mi cien por ciento pero realmente me fue imposible, mi cabeza me obligaba a creer que se debía a las pocas horas de sueño y sumandole a eso, todo el llanto de anoche, pero mi corazón decía que era todo lo contrario, la culpa de mi mal genio y el poco rendimiento que estaba dando se debía a la rabia que aún me estaba albergando luego de haber visto ése beso entre Neha y Stuart, simplemente me parecía bajo, incluso tratándose de él, vengarse de esa forma.

—Tierra llamando a Flynn... —La voz de Lyle me sacó de mis pensamientos— ¿Hola...?

—¿Qué quieres, amigo?

—Preguntarte si vas a acabarte eso —Señaló mi batido de Chocolate— porque desde que entramos y ordenamos, no has hecho más que darle vueltas a la pajilla.

Arrastre el batido que ni siquiera me había dignado en probar hasta él.

—Adelante, todo tuyo —Lyle lo recibió gustoso pero aún no despegaba su vista de mí— Lyle, sigue mirándome asi y te daré una fotografía mía, así podría durarte mucho más.

—¿Sucede algo? —inquirió finalmente— has estado así toda la mañana, ni siquiera has tocado tu teléfono, ¿Debería empezar a preocuparme ya?

—Eres muy observador, ¿No es así?

Sonrió.

—Asi es —respondió— ¿Me contarás ya? Puedo ayudarte, luego de lo que hiciste por Nicole y por mí, te debo miles.

Sonreí ligeramente. Había olvidado que gracias a mí motivación Lyle se había animado a hablarle a la chica que le gustaba y había salido triunfador pero no quería meterlo en mis asuntos con Stuart, ya suficiente tenía con Nick.

Sabiendo que Lyle y su persistencia no dejarían de insistir hasta poder ayudar, algo vino a mi mente, algo que podría distraerme durante la tarde, sacarme a Stuart de la cabeza y que Lyle sintiera que estaba ayudando en algo.

—Esta bien, andando —me levanté de nuestros asientos y empecé a caminar hasta la salida esperando que él me siguiera.

—¿Adónde vamos? —preguntó tratando de llevarme el paso.

Sonreí para mí misma.

—Ya lo verás.

(…)

—Yo y mi gran bocota.

—¡Oh, vamos Lyle! —lo animé— no es para tanto... uh, brillante, lo llevaré.

Lancé el quinto vestido a los brazos de Lyle y seguí buscando en los ganchos.

Lyle suspiró sonoramente

—llevamos casi tres horas en la misma tienda, ¿Podemos irnos ya? ¡Estoy agonizando del hambre! Oh Dios... —puso una mano en su frente dramáticamente.

Rodé los ojos negando para mí misma.

Y yo pensé que Klaus era la reina del drama

—Está bien, vayamos al vestidor a que me pruebe estos vestidos y luego iremos por unas hamburguesas, ¿Te suena bien?

—¿También vas a probartelos? —quiso gritar.

—Obvio, ¿Cómo podré decidirme después por cuál llevar?

Loco Y Estúpido Amor || Stuart TwomblyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora