LA CHICA DEL PERIÓDICO

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CAPÍTULO X

—¿Hija estás bien? Me pareció escucharte gritar —preguntó mi madre al entrar a mi habitación. La aflicción y preocupación que demostró por mí en esos momentos ayudaron a expresar aquello que me lastimaba.

—No mamá, no estoy bien, acabo de descubrir que Alejandro... ¡Que ese imbécil! Me fue infiel —recuerdo que le hable a mi madre con los ojos llenos de lágrimas. Aunque me cueste reconocerlo en ese momento las derrame por él, solo por él.

—¿De qué hablas Reichell? No te entiendo.

Mi madre al igual que yo para algunas cosas tiene efecto retardado, así que tuve que explicarle con más detalle aquel momento que incluso ahora me daña.

—Alejandro mamá. Le acabo de marcar como una estúpida para desearle buenas noches como habíamos prometido —en el momento en que hablaba con mi madre el teléfono sonó y como se imaginaran fue una llamada de él—. ¡No lo toques! Por favor apágalo no quiero hablar con él...me acaba de romper el corazón y yo...

—Reichell —en ese momento entró mi hermano al cuarto con su celular en la mano y las fotos que al final disiparía mis dudas —, mira lo que salió en los periódicos de Estados Unidos. Acabo de ver las notas de espectáculos, juro que no lo creo, debe haber un error. Antes de sacar conclusiones tienes que hablar con Alejandro.

Cuando vi la imagen de la que hablaba mi mundo termino de derrumbarse. Aquella parte de mi cerebro que aún pensaba que los besos fueron todo menos lo que creía al fin comprendió que no había nada más que pensar.

La nota termino de abrir mis ojos. Las fotos en la pantalla sirvieron para darle rostro a la otra mujer.

Para que me entiendan les describiré. La imagen consistía nada más y nada menos que una foto de ellos juntos, con un ángulo perfectamente enfocado para captar el momento exacto en el que la pelirroja de piel blanca, lo besaba, y él...él le correspondía aquel beso, teniendo como fondo el restaurante más romántico de ese lugar.

Incluso ahora cierro mis ojos al pensar lo estúpida que fui.

Al pie de la foto se podía leer la pregunta que el redactor del periódico había formulado. Aquella que dolió aún más.

«¿Será que el empresario Alejandro Tornel por fin encontró una mujer con la cual compartir sus viajes y su dinero? Es la primera vez que se deja captar en público extremadamente cariñoso con una pareja».

Si, así de malo fue el periodista, pero era verdad.

En la relación él no quería que los periódicos se enteraran de lo nuestro, su pretexto siempre consistía en que no podíamos hacer pública nuestro amor porque quería evitar el hostigamiento de la prensa. Según para no perjudicar mi recuperación.

Pero para mí nunca fue una buena idea guardar nuestra relación, aunque no hice nada por demostrar lo contrario.

Cuando una se enamora no ve la verdad hasta que es demasiado tarde y termina quedando como idiota.

—Mamá, Joaquín, déjenme sola. No lo tomen a mal, pero me gustaría descansar un poco, mañana con más calma hablamos.

La soledad y el dolor fueron y son mis mejores aliados.

—Pero Reichell ¿estás bien?

—Eso creo Joaquín. No se preocupen, no vale la pena que cometa locuras por culpa de ese cretino.

—Está bien cariño, te dejamos dormir regresamos en la mañana. Por favor trata de descansar, vamos hijo dejemos a tu hermana reposar.

—En un momento te acompaño mamá solo necesito contarle algo muy rápido.

—Joaquín por favor no insistas, ya les dije estoy bien.

Pero mi hermano no se dio por vencido.

—Hermana conmigo no tienes porque fingir, se el daño que estas fotos te están generando, pero te juro que Alejandro debe tener una buena explicación para ellas. Si te las mostré es para que hables con el de manera civilizada no para que armes un alboroto por verlas en un contexto diferente. Prométeme que le pedirás una explicación antes de soltar uno de tus teatros.

—A ver ¿estás de mi lado o tu apoyo es para él? —el hecho que Joaquín creyera en su inocencia era molesto.

—Desde luego estoy del tuyo, por eso te estoy diciendo que no actúes como loca, porque si todo es un mal entendido la mayor perjudicada serás tú.

—Te diré una cosa en vista que estas más interesado en la inocencia de él.   Te explico con manzanas. El muy estúpido ¡me puso los cuernos con esa tipa!

—Se llama Elsa Smit, eso dicen los periódicos.

—Ok esa tal Elsa, con ella me engaño. Me enteré unos minutos antes que llegaras porque como una tonta e ingenua —sí, desde ese día admito que no tengo otro nombre—, le marque para saber qué tal había estado su día, y ¿quién crees que contesto?, ella —no permití que contestara mí pregunta, ambos sabíamos la respuesta—. No dejé que me explicara, entendí todo con escuchar los besos que se daban mientras intentaba hablar conmigo. Pero el muy imbécil ni eso supo hacer porque los escuche, tú solo viniste a corroborar lo que había presenciado y para darle un rostro a la mujer con la que estaba. Créeme, no necesito saber nada más para sacar mis conclusiones, así como tampoco quiero saber nada de él. Por eso te pido de la mejor manera que no me agobies, déjame descansar.

—Oh Reichell no sabía. Ya me imagino tu impresión y si, tienes razón, después de lo que escuchaste no necesitas pedirle nada. Descuida, hablare con él para que no te vuelva a molestar.

—Gracias Joaquín, pero yo busque el problema y yo lo soluciono. Agradezco tu ofrecimiento.

—Pero Reichell yo puedo...

—No Joaquín, muchas gracias, ya me conoces.

—Está bien, me queda claro que tú quieres solucionar tus cosas, pero sabes que aquí estoy para lo que se te ofrezca, solo te aconsejo que no le tomes mucho rencor recuerda lo mucho que nos ayudó, trata de ser un poco menos ruda, termina por lo sano y eso será todo.

—Ay hermano, sabes que yo no armo escándalos, solo reaccionó, eso es lo único que pienso hacer, alejarme completamente.

—Entonces ¿estás segura que no quieres buscar una explicación?

—No, estoy completamente segura. No hace falta.

Como imaginan, ahora estoy hecha un nudo porque como buena tonta y estúpida deje que traspasara todos mis temores y miedos...

GRUÑÓN PARTICULARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora